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jueves, 25 de noviembre de 2010

un formidable respaldo está recibiendo la Iglesia Católica a raíz de los ataques al Obispo Tito. es que la Palabra Viva acompaña su trabajo.

No tengan miedo que estaré con ustedes… Mt 28.19-20

Mauricio Aira

En el apogeo de su popularidad cuando parecía que nada se oponía a su poder y que gozaba de todo el apoyo posible, lanzaba Perón sus proclamas declarándoles enemigos a quienes se oponían a sus designios. Algunos peronistas encendidos de ciega pasión política no tuvieron reparos en atacar a las iglesias y ponerle fuego. Se produjo entonces una reacción impensada. Los jóvenes oficiales de la armada, que habían sido educados en la fe católica se amotinaron exigiendo a sus mandos “terminar con la barbarie y respeto por la religión”. Pasaron 48 horas y Perón terminó con su salida abrupta de Argentina y su exilio en España. Años más tarde cuando decidió regresar, tuvo que pedir perdón a la Iglesia que generosa se lo concedió. Volvió y nunca más atacó a los católicos.

El ejemplo de lo ocurrido en nuestro vecino país por los años cincuenta viene muy a propósito de lo que está ocurriendo en Bolivia. Se están dando testimonios valiosos sobre la obra y la personalidad del sacerdote Solari cuyo primer destino lo tuvo en Santa Cruz donde fue conocido por la hondura espiritualidad de una prédica de renovada fe del bien, la caridad y del amor. Mostró también severidad y dureza apostrofando el pecado, la miseria física y espiritual, el crimen, la mezquindad, la insensibilidad frente al dolor y las penas propias y ajenas, las flaquezas y los desvaríos humanos, por ello no le costó demasiado tiempo obtener el reconocimiento de sus bondades en la misión que le encomendó la Providencia en Cochabamba. Supimos de su profunda devoción por el pueblo, por su renuncia a toda ostentación, por la pobreza en la que vive en humilde vivienda.

Entre sus hermanos salesianos es conocido “por su santidad” incapaz de hacer el menor daño. Su vocación de caminar con el pueblo lo llevó a realizar la denuncia de la utilización de adolescentes y niños chapareños en el infame negocio de las drogas. Lo mismo que Juan Bautista que se atrevió a criticar a Herodes “por su vida en adulterio” y que le costó la cabeza, las palabras del obispo causaron un efecto inesperado. Demandó la intervención de la ley para frenar el abuso. Grupos descontrolados de productores de coca gritaron “Anatema. 48 horas para su expulsión” lo que fue replicado con energía por la CEB, grupos religiosos, autoridades y pueblo en general. Lo que corresponde es investigar la denuncia y poner soluciones. El Presidente Morales salió al paso “No comparto el pedido de mis compañeros. No puedo direccionarles. Solari es vocero de los EEUU”

La respuesta no ha traído la paz como se esperaba porque no es clara. Provoca confusión y prolonga el nerviosismo que vive la gran mayoría católica de la población, aunque son agresivas las voces de militantes masistas alentados por la confrontación que está agriando el debate y profundizando el odio y la revancha.

Con todo vigor algunos medios como Los Tiempos han demandado desterrar la confrontación para no continuar con la dinámica de apuntar contra un nuevo blanco La Iglesia Católica que al igual que los medios no se somete al proyecto político que busca dominar la sociedad desconociendo que fueron éstos el baluarte de libertad que posibilitó el regreso a la Democracia hace tres décadas. Se están echando por la borda conquistas tan caras al interés de los más pobres y desposeídos cuyos derechos habían sido avasallados. Aquella lucha logró superar los niveles de extrema pobreza y exclusión que no ha concluido.

La Iglesia ha dado pruebas de su servicio al pueblo en todas las épocas como se ha mostrado en una reciente documentada historiación de El Deber. Siempre ha estado del lado de los pobres y de los sin voz, porque su inspiración está en el Evangelio y en la promesa del Redentor. “No tengan miedo. Yo estaré con ustedes hasta la consumación de los siglos” Mateo 28. Promesa que se ha cumplido al pie de la letra porque en sus 2000 años de existencia nada pudo contra ella. “Los cielos y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” Lucas 21.

1 comentario:

  1. realmente me da mucha pena lo que esta pasando en nuestro pais...el gobierno quiere atropellar a todos los que no estan de acuerdo con ellos, estan violando la democracia, ahora ya nadie puede declarar o simplemente expresarse libremente sin ser amenazado...el monseñor tuvo la valentia de decir lo que realmente estaba pasando y no dijo mas que la verdad, tiene todo mi apoyo y admiracion..basta de atropellos¡¡¡

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