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jueves, 24 de febrero de 2011

quienes ya leyeron la nueva biografía de Teresa de Jesús quedan encantados de la humildad, sencillez y gran sentido del humor de esta mujer consagrada

Presentación del libro de Teresa de Jesús

Carlos Ros presenta «Teresa de Jesús, esa mujer» (San Pablo)

«Teresa de Jesús era muy normal y tenía un gran sentido del humor»

Doctora de la Iglesia

Redacción, 24 de febrero de 2011 a las 09:47
El hombre que realmente más apoyó a Santa Teresa fue Jerónimo Gracián
Santa Teresa de Jesús/>

Santa Teresa de Jesús

  • Santa Teresa de Jesús

A Teresa de Cepeda y Ahumada (1515-1582) se la puede conocer por numerosos epítetos, como mística, doctora de la Iglesia, santa, poetisa... Sin embargo, lo más sobresaliente de todo es que fue un mujer adelantada a su tiempo que supo como nadie moverse en un siglo como el XVI en donde dominaban los hombres. Esta perspectiva es la que estudia Carlos Ros en la biografía «Teresa de Jesús, esa mujer» (San Pablo), libro que será presentado el próximo día 3 en el monasterio de San José (Las Teresas). Lo entrevista Ángel González-Barba en ABC.

En esta obra el sacerdote y escritor ha retratado sucesos que muchas veces han sido poco conocidos o que, simplemente, fueron tergiversados con el paso del tiempo. «Es un libro que está muy documentado y que es muy periodístico, como todo lo que escribo, con un lenguaje que sea accesible sencillo para los lectores», recalca Carlos Ros.

Este libro viene a completar los estudios que ha realizado este autor sobre el entorno teresiano, ya que en los últimos años ha publicado tres biografías sobre los herederos más inmediatos de la idea fundacional de Teresa de Jesús, como son Jerónimo Gracián, María de San José y Ana de Jesús. Y ahora le falta un quinto libro sobreSan Juan de la Cruz.

Esta obra viene a rectificar algunas lagunas que existían sobre la santa y que no eran del todo correctas. Así, el autor aclara que en verdad Santa Teresa fundó conventos tanto para mujeres como para hombres. Además, la sociedad machista que le tocó vivir en el siglo XVI también le afectó cuando fue nombrada Doctora de la Iglesia en el siglo XX. Dicho nombramiento se lo propusieron a Pío XI en 1926, pero éste lo declinó respondiendo «Obstat sexus» (el sexo es un obstáculo). Dicho Papa sí admitió a San Juan de la Cruz como Doctor. Tuvo que venir el Concilio Vaticano II cuando por fin los aires renovadores llegaron a la Iglesia y Pablo VI la proclamó Doctora el 27 de septiembre de 1970.

Pese a que la santa tuvo muchas experiencias místicas, dedicó toda su vida a la fundación de conventos y escribió libros de la profundidad de «Las moradas», Carlos Ros subraya que era también «una persona muy normal con un gran sentido del humor». Ella misma decía: «Dios me libre de santos encapotados», además de admitir que «entre los pucheros anda el Señor».

Aunque Santa Teresa convivió unos años junto a San Juan de la Cruz en Ávila, apenas se conservan algunas de las cartas que ambos se intercambiaron: «San Juan las quemó casi todas, además era una persona a la que le gustaba ir a su aire, aunque fue el primer hombre que se descalzó», abrazando la reforma carmelita de la santa, dice el autor. Sin embargo, Ros matiza que el hombre que realmente más apoyó a Santa Teresa fue Jerónimo Gracián, del que sí se conservan muchas de las misivas que ella le envió, y que se constituyó en su verdadero discípulo. Cuando falleció la santa, éste fue expulsado de la orden.

martes, 22 de febrero de 2011

esa es la parte jodida "amar a nuestros enemigos" no es nada fácil aunque sí se puede perdonar, olvidar es casi imposible. Cardenal Terrazas


El Cardenal Terrazas durante su homilía dominical destacó que la Iglesia quiere que seamos santos “… pero no podemos condenar a nadie eternamente ni aunque nos hayan hecho el daño que nos hayan podido hacer; tenemos que buscar el camino de la verdadera hermandad, pasa por este estilo que tiene nuestro Dios; llevar el amor de Dios para que entre en el corazón de todos y para que todos, sin excepción, dejen el mal, se conviertan y vivan según los designios de nuestro Dios”, dijo a tiempo de explicar la actitud que cada cristiano debe tener camino a la Santidad.

“ … Sean perfectos, este es el camino; por aquí tenemos que andar; sólo si nos metemos en la perspectiva de ser como nuestro Dios, lleno de bondad y de misericordia nosotros podemos ir atrayendo a los que no piensan como nosotros, a los que nos han ofendido, no para vengarnos ni para hacerlos sufrir, sino para que ellos también entren en esta corriente y cambien su vida. Es siempre la esperanza de la Iglesia” dijo.

Así mismo el Arzobispo de Santa Cruz señaló que “Esta palabra de Dios viene también a recordarnos a nosotros, nuestra dignidad, que a veces olvidamos. Somos templo de Dios y morada del espíritu de Dios, El habita en cada uno de nosotros. Si alguno destruye este templo Dios también lo va destruir a Él, porque el templo de Dios es sagrado y ustedes son ese templo”. Hermanos, estas palabras son las que tienen que llenar nuestra vida, a estas palabras tenemos que escucharlas, la dignidad nuestra es que somos santos, porque Dios es santo y somos templo de Dios y el espíritu santo habita en nosotros y no tenemos que darnos el lujo de destruir este templo con el pecado”.

“…con el mal o con las ideas falsas que a veces se van pregonando o con las felicidades fáciles con que quisieran engañarnos en el pasar de nuestros días; porque somos templo de Dios; todo lo que hay es nuestro”, acotó.

El Cardenal dijo que tenemos que pedirle a Dios nos dé la capacidad “…de vivir esa identidad de ser templo de Dios, la capacidad de dejar que este Dios de amor entre en nuestros corazones para que El vaya realizando su obra, para que El vaya conformándonos no a la imagen de cualquier líder pasajero, sino a imagen de nuestro Dios que es bondad, que es misericordia y que es perdón”.
“Cuántas peleas en nuestro ambiente, en nuestra patria y en el mundo se suscitan porque no sabemos exponer la otra mejilla al estilo de Dios, al estilo del Señor, según lo que El nos ha enseñado, y va más allá todavía el Señor, al que te va hacer un juicio por querer quitarte la túnica, entrégale también el manto, deja también el manto, hay que dar mucho más, uno recibe el mal, pero uno tiene que dar mucho más como recompensa, el bien duplicado; si te exigen acompañarlos un kilómetro, camina dos con él; si te exigen, si te obligan… A eso se debe este pasaje del evangelio...”, resaltó.

“ Yo les digo ¡amen a sus enemigos! Esta palabra no necesita más comentarios en nuestro país, pero sí necesita que nosotros, creyentes, nos pongamos delante de la violencia que existe con estas palabras, delante de las guerras que se multiplican por todos lados, delante de los hechos violentos en nuestras calles y carreteras, en nuestras ciudades, delante de todo lo que es odio, lo que es rencor, lo que es insulto; delante de los revanchismos baratos, delante de tanta bronca como se habla hoy, ¿cuál es nuestra actitud? Ahondar más, vivir de acuerdo a esa mentalidad totalmente opuesta al Padre que nos ama y nos quiere tanto. Yo les digo amen a sus enemigos, no hay cómo escapar a esto. Si somos realmente creyentes, discípulos del único maestro de la vida, aunque por todo el mundo estén en contra a nosotros, creyentes nos toca decir: Este es el mandato de nuestro Dios, esta es la manera que tiene Dios, que es bondadoso y justo y que siempre está dispuesto a perdonar y porqué nosotros no podemos tener la misma actitud?”, cuestionó.

viernes, 18 de febrero de 2011

Jesús Juárez el obispo salesiano de El Alto pide al Gobierno ver clara la situación del trabajador que la está pasando mal. "si todo ha subido..."


El incremento salarial debe basarse en la realidad que viven los trabajadores, señala el Obispo de El Alto, monseñor Jesús Juárez, al indicar el gobierno debe ofrecer no menos de su capacidad y el pedido de los empleados debe ser real.

"Hay que subir al micro y salir a las calles para ver la cruda realidad", remarca el pastor episcopal de una de las ciudades más pobres del país al indicar que "si todo ha subido también tiene que subir el salario".

"Hay que abrir los ojos y salir a la calle y ver dónde está nuestra gente, cómo vive, qué come, cuánto dinero tiene para comprar los víveres necesarios para que la familia pueda crecer y que los hijos tengan el pan de cada día", recomienda.

NI ROÑOSO NI EXAGERADO

"El gobierno tiene que acercarse al trabajador que pide un mejor salario", remarcó el Obispo de El Alto al señalar que debe "dar todo aquello que pueda dar, si puede dar 10 y si solamente da 7, no es justo".

En tanto que "el trabajador no puede pedir lo inalcanzable, tiene que pedir una cosa real", subrayó monseñor Juárez al referirse a los pedidos de incrementos salariales.

En el gobierno aseguran que el incremento salarial para este año será de 7,18 por ciento, que es el nivel de inflación del 2010. En tanto que unos sectores piden 30 por ciento de aumento y otros plantean más de 8.000 bolivianos como sueldo mínimo.

El presidente Evo Morales señala que le provoca "risa" los pedidos de aumento salarial de 40, 50 por ciento. Y los empresarios indican que cuando más subirán los sueldos en 7,18 por ciento, más es imposible, pero insisten en que no se puede obligar porque cada empresa tiene una realidad distinta.

Frente a estas posiciones extremas, el Obispo de El Alto pide "que haya un equilibrio entre lo que se pueda ofrecer y lo que espera el trabajador". /ANF.

miércoles, 16 de febrero de 2011

valioso artículo sobre el sincretismo religioso en Xochimilco ciudad mexicana de legendaria estirpe. A.Gumucio





Niño de las Mariposas, Niño de los Olivos, Niño de la Abundancia, Niño Desata Nudos, Niño de las Palomas, Niño Marinero, Niño de la Cosecha, Niño San Miguel de los Milagros, Niño Jaguar, Niño de las Uvas, Niño Chinelo, Niño Salvador del Mundo, Niño del Amor, Niño Juan Diego, Niño de Atocha, Niño Pescador, Niño Ángel de la Guardia, Niño Médico, Niño Futbolista…
La lista suma y sigue, pero todos esos niños son uno solo, el Niño Pan o Niño Pa (Niño Padre), también llamado Niño el Pueblo, Niño Peregrino de los Barrios o Niño Viajero, que se venera durante la fiesta de La Candelaria en la Iglesia de San Bernardino de Siena, en Xochimilco, al sur de la ciudad de México. Como tantas tradiciones mexicanas, esta se expresa cada año con mayor fuerza, subrayando una identidad cultural local, única, distinta; producto del sincretismo religioso cristiano e indígena.
Junto a la iglesia se ha instalado una feria extensa donde se fabrican, reparan y venden niños de yeso de todos los tamaños. Sobre las mesas aparecen como llegaron al mundo, desnudos, de piel oscura o clara, de ojos celestes o marrones, chicos y grandes.
A partir de allí las opciones se diversifican, la oferta de trajes y accesorios es amplia, para que cada niño adquiera una identidad diferente y un nombre entre los mencionados más arriba. Los trajes son lujosos, ampulosos, de seda o terciopelo, bordados de encajes, y junto a los accesorios, simbolizan la identidad que se quiere otorgar a cada figura. [Image]Una espiga de trigo, una espada, una calavera, un harpa, una corona de estrellas, un pescado, un billete de 500 pesos, monedas, uvas, una mariposa, una paloma, la imagen bordada de la Virgen de Guadalupe, una mitra papal, un sombrero de chinelo, o un estetoscopio, son los accesorios que sirven para destacar los símbolos que caracterizan a cada figura.
Al niño Pa se le piden favores, como a todas las figuras de devoción. Durante el año pasa varios meses trasladándose a hospitales y a hogares donde su sola presencia, según la tradición, tiene efectos milagrosos. La iglesia católica juega muy bien con estas tradiciones, no certifica ni niega los poderes de sanación, pero perpetúa los cultos que atraen a los fieles (y a los curiosos) a las iglesias.
[Image]Se supone que el niño, nacido el 25 de diciembre, ya es robusto, ha cumplido 40 días de vida, y la tradición quiere que cada 2 de febrero, el Niño Pa de Xochimilco cambie de casa, como lo ha estado haciendo durante más de cuatro siglos.


El sistema de mayordomía se cumple estrictamente, las familias se anotan con años de anticipación para venerar en sus casas, durante un año, la figura original que fue esculpida en el siglo XVI en palo de colorín (madera con la que se fabricaban los violines de los mariachis) por un indígena de Xochimilco que la hizo de manera que las articulaciones de sus miembros se muevan, para que pueda estar sentada o recostada. La figura de 43 centímetros de altura pesa apenas medio kilo sin sus ropas, y es tan frágil por el tipo de madera, que desde 1995 ha sido restaurada cada año.
Al Niño Pa se lo trata como a un niño de verdad. Dicen que se lo desviste cada noche para acostarlo en su moisés, y que a la mañana siguiente lo despiertan cantándole “Las Mañanitas”. Dicen también que ha acumulado a través del tiempo y de las donaciones de sus fieles, un ajuar tan abundante que cuando se traslada cada año de una familia de mayordomos a la siguiente, lo preceden varios camiones cargando sus muebles, sus ropas, sus joyas, sus enseres personales. Todo eso suena a despropósito, pero así son algunas tradiciones.
El mero mero Niño PaLa lista de futuros mayordomos es tan larga, que llega al año 2036 y ha sido cerrada por el momento; varios morirán antes de lograrlo. La familia del barrio de Tlacoapa que entregó este año, había esperado 35 años para gozar del privilegio, y la familia Poblano Hernández que se lo llevó ahora al barrio de Caltongo, tuvo que esperar aún más. Por eso la población en general, que no tiene esperanzas –ni dinero- de acceder a la mayordomía, se conforma con las miles de reproducciones que aparecen en la iglesia en esta ocasión, diferenciadas por sus múltiples identidades, trajes y accesorios.
Como casi todas las manifestaciones religiosas mexicanas, esta es una muestra más de sincretismo. Los indígenas que veneraron al Niño Pa lo asocian desde su origen con Huitzilopochtli, “el colibrí del sur”.
La música diversa que se escucha durante la fiesta del Niño Pa es otra muestra de hibridación de la cultura mexicana: los chinelos enmascarados representan a los moros, la banda de viento trae ecos de lo rural, los mariachis son propiamente urbanos a pesar de su origen charro, y las estudiantinas representan el resabio español.
ChineloAhí estuve, metido entre las dos hileras de chinelos, fotografiando de cerca sus rostros fijos, sin poder penetrar hasta los ojos que sin duda me miraban detrás de las caretas.
Todo esto sucede en medio de Xochimilco, un pueblo colonial donde aún se conservan los canales cuya red se extendía siglos atrás hasta el mismo centro de Ciudad de México, y que sorprendió a los conquistadores españoles a su llegada a Tenochtitlán. Alrededor de las chinampas con sus hileras de erguidos ahuejotes (“árbol del agua”), y de los canales sobrevivientes, serpientes de agua por donde circulan las “trajineras” pintadas de colores vivos, sigue creciendo una de las urbes más grandes del mundo.
Xochimilco, el paraíso de las flores, el lugar de la milpa, la sementera del valle de México, Patrimonio de la Humanidad, donde Quirino Mendoza compuso “Cielito Lindo”, ha quedado con su sabor a pueblo en medio de vías de alta velocidad, grandes avenidas y la locura cotidiana.

Niño de las Mariposas, Niño de los Olivos, Niño de la Abundancia, Niño Desata Nudos, Niño de las Palomas, Niño Marinero, Niño de la Cosecha, Niño San Miguel de los Milagros, Niño Jaguar, Niño de las Uvas, Niño Chinelo, Niño Salvador del Mundo, Niño del Amor, Niño Juan Diego, Niño de Atocha, Niño Pescador, Niño Ángel de la Guardia, Niño Médico, Niño Futbolista…
[Image][Image]La lista suma y sigue, pero todos esos niños son uno solo, el Niño Pan o Niño Pa (Niño Padre), también llamado Niño el Pueblo, Niño Peregrino de los Barrios o Niño Viajero, que se venera durante la fiesta de La Candelaria en la Iglesia de San Bernardino de Siena, en Xochimilco, al sur de la ciudad de México. Como tantas tradiciones mexicanas, esta se expresa cada año con mayor fuerza, subrayando una identidad cultural local, única, distinta; producto del sincretismo religioso cristiano e indígena.
Junto a la iglesia se ha instalado una feria extensa donde se fabrican, reparan y venden niños de yeso de todos los tamaños. Sobre las mesas aparecen como llegaron al mundo, desnudos, de piel oscura o clara, de ojos celestes o marrones, chicos y grandes.
A partir de allí las opciones se diversifican, la oferta de trajes y accesorios es amplia, para que cada niño adquiera una identidad diferente y un nombre entre los mencionados más arriba. Los trajes son lujosos, ampulosos, de seda o terciopelo, bordados de encajes, y junto a los accesorios, simbolizan la identidad que se quiere otorgar a cada figura. [Image]Una espiga de trigo, una espada, una calavera, un harpa, una corona de estrellas, un pescado, un billete de 500 pesos, monedas, uvas, una mariposa, una paloma, la imagen bordada de la Virgen de Guadalupe, una mitra papal, un sombrero de chinelo, o un estetoscopio, son los accesorios que sirven para destacar los símbolos que caracterizan a cada figura.
Al niño Pa se le piden favores, como a todas las figuras de devoción. Durante el año pasa varios meses trasladándose a hospitales y a hogares donde su sola presencia, según la tradición, tiene efectos milagrosos. La iglesia católica juega muy bien con estas tradiciones, no certifica ni niega los poderes de sanación, pero perpetúa los cultos que atraen a los fieles (y a los curiosos) a las iglesias.
[Image]Se supone que el niño, nacido el 25 de diciembre, ya es robusto, ha cumplido 40 días de vida, y la tradición quiere que cada 2 de febrero, el Niño Pa de Xochimilco cambie de casa, como lo ha estado haciendo durante más de cuatro siglos.


El sistema de mayordomía se cumple estrictamente, las familias se anotan con años de anticipación para venerar en sus casas, durante un año, la figura original que fue esculpida en el siglo XVI en palo de colorín (madera con la que se fabricaban los violines de los mariachis) por un indígena de Xochimilco que la hizo de manera que las articulaciones de sus miembros se muevan, para que pueda estar sentada o recostada. La figura de 43 centímetros de altura pesa apenas medio kilo sin sus ropas, y es tan frágil por el tipo de madera, que desde 1995 ha sido restaurada cada año.
[Image]Al Niño Pa se lo trata como a un niño de verdad. Dicen que se lo desviste cada noche para acostarlo en su moisés, y que a la mañana siguiente lo despiertan cantándole “Las Mañanitas”. Dicen también que ha acumulado a través del tiempo y de las donaciones de sus fieles, un ajuar tan abundante que cuando se traslada cada año de una familia de mayordomos a la siguiente, lo preceden varios camiones cargando sus muebles, sus ropas, sus joyas, sus enseres personales. Todo eso suena a despropósito, pero así son algunas tradiciones.
[Image]El mero mero Niño PaLa lista de futuros mayordomos es tan larga, que llega al año 2036 y ha sido cerrada por el momento; varios morirán antes de lograrlo. La familia del barrio de Tlacoapa que entregó este año, había esperado 35 años para gozar del privilegio, y la familia Poblano Hernández que se lo llevó ahora al barrio de Caltongo, tuvo que esperar aún más. Por eso la población en general, que no tiene esperanzas –ni dinero- de acceder a la mayordomía, se conforma con las miles de reproducciones que aparecen en la iglesia en esta ocasión, diferenciadas por sus múltiples identidades, trajes y accesorios.
Como casi todas las manifestaciones religiosas mexicanas, esta es una muestra más de sincretismo. Los indígenas que veneraron al Niño Pa lo asocian desde su origen con Huitzilopochtli, “el colibrí del sur”.
La música diversa que se escucha durante la fiesta del Niño Pa es otra muestra de hibridación de la cultura mexicana: los chinelos enmascarados representan a los moros, la banda de viento trae ecos de lo rural, los mariachis son propiamente urbanos a pesar de su origen charro, y las estudiantinas representan el resabio español.
[Image]ChineloAhí estuve, metido entre las dos hileras de chinelos, fotografiando de cerca sus rostros fijos, sin poder penetrar hasta los ojos que sin duda me miraban detrás de las caretas.
Todo esto sucede en medio de Xochimilco, un pueblo colonial donde aún se conservan los canales cuya red se extendía siglos atrás hasta el mismo centro de Ciudad de México, y que sorprendió a los conquistadores españoles a su llegada a Tenochtitlán. Alrededor de las chinampas con sus hileras de erguidos ahuejotes (“árbol del agua”), y de los canales sobrevivientes, serpientes de agua por donde circulan las “trajineras” pintadas de colores vivos, sigue creciendo una de las urbes más grandes del mundo.
Xochimilco, el paraíso de las flores, el lugar de la milpa, la sementera del valle de México, Patrimonio de la Humanidad, donde Quirino Mendoza compuso “Cielito Lindo”, ha quedado con su sabor a pueblo en medio de vías de alta velocidad, grandes avenidas y la locura cotidiana.

lunes, 14 de febrero de 2011

religión digital nos trae en pocas líneas la historia del Obispo Romano San Valentín que inició la fecha de los enamorados. se encuentra en Zamora, ES


El obispo romano, patron de los enamorados

El craneo de San Valentín, en la colegiata de Toro

La cofradía de San Valentín sigue siendo una de las más pujantes de la ciudad zamorana

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Manuel Robles, 13 de febrero de 2011 a las 20:23
A la ciudad de Toro la reliquia llegó gracias a Diego Enriquez, capellán del Emperador Carlos V

(Manuel Robles).- Poca gente sabe que en la colegiata de Toro, (Zamora), dedicada a Santa Maria la Mayor, se conserva el cráneo de San Valentin, conocido patrón de los enamorados. Esta famosa Iglesia románica comenzó a construirse en el año 1160, bajo el reinado de Fernando II.de León, y se terminó en el año 1260. El cimborrio que cubre el crucero de la Colegiata guarda un enorme parecido con la Catedral Vieja de Salamanca y con la Catedral de Zamora.

San valentín fue un santo obispo romano, según la tradición, que protegía y casaba a los jóvenes romanos en secreto, en el azaroso siglo III durante las persecuciones, en tiempos del emperador Aureliano.

En aquella época, los jóvenes romanos tenían la costumbre, de ofrecer a las chicas a la diosa del sexo y de la fertilidad, llamada Februata Juno, después las sorteaban entre ellos y, fianalmente, se casaban con la que les había tocado en suerte.

Ante costumbre tan denigrante, los sacerdotes lucharon para que desapareciera esa costumbre pagana y vejatoria sobre las mujeres. Y la alterntiva fue cambiar los nombres de las jóvenes por nombres de los mártires cristianos. Uno de los nombres agraciados con el cambio fue el de San Valentín, que se hizo tan popular entre los jóvenes que acabó siendo el patrón de los enamorados.

A la ciudad de Toro la reliquia llegó gracias a Diego Enriquez, capellán del Emperador Carlos V, a quien el nuncio de Paulo III, Johannes Poggius, concedió el 26 de abril de 1545, licencia para depositarla en la Colegiata de Toro. Actualmente se conserva el cráneo del santo obispo, enmarcada en una caja ovalada de plata, que fue construida en el siglo XVI.

También se conserva en la Colegiata una imagen neoclásica en madera de pino, realizada por el escultor Pedro León Sedano en el año 1788. Y en la sacristía de la Iglesia Colegiata se encuentra una tabla realizada en el siglo XVII por el artista Baltasar Coca, que representa el martirio del santo obispo romano.

El culto a San Valentín lo introduce en la ciudad de Toro, el canónigo de la Colegiata,Valetín Tejederas, en el año 1682, cuando consigue del Papa Inocencio XI, una indulgencia plenaria cada siete años para los fieles que visiten la capilla del santo y veneren su reliquia. También consiguió este canónigo ganar un Jubileo a los hermanos de la cofradía de San Valentín, que sigue siendo una de las más pujantes de Toro.

Finalmente, la costumbre que tienen los enamorados de hacerse regalos y enviarse postales el día 14 de febrero, es una costumbre inglesa que se debe a un poeta llamadoGeofrey Chaucer (1343-1400), que escribió en el Parlament of Foules (1382), "Porque esto fue el día de San Valentín, cuando cada Ave vino aquí a elegir pareja".

Chaucer escribió este poema en honor del primer aniversario del compromiso entre el rey Ricardo II con Ana de Bohemia. Se firmó un tratado acerca de este matrimonio el 2 de mayo de 13 81. Se casaron ocho meses después, cuando el rey tenía 13 o 14 años y ella 14. Desde esa fecha viene la creencia que el día de los enamorados hay que hacerse regalos entre los jóvenes que se aman.