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domingo, 8 de junio de 2014

causó gran alegría en el inocultable pueblo católico de México, la aceptación de Francisco de realizar una visita. el Sí.Acepto, lo dió a su presidente Enrique Peña Nieto de visita en El Vaticano.

El Papa Francisco aceptó en las últimas horas la invitación extendida por el Presidente de México, Enrique Peña Nieto, para visitar su país, tras una audiencia privada en el Palacio Apostólico del Vaticano.

“Mi primer propósito de esta visita, era formularle una amable invitación para que visite nuestro país en nombre de México a la que gentilmente ha aceptado, sin que se hubiese determinado una fecha. Él ha aceptado la invitación”, expresó Peña Nieto en un encuentro con los periodistas posteriormente a su visita al Vaticano.



El presidente mantuvo un encuentro privado de 25 minutos con el Santo Padre en la Sala del Tronetto del Palacio Apostólico, donde dentro de un clima de cordialidad ambos mandatarios abordaron la reforma constitucional del país, especialmente en relación a la libertad religiosa.

El Papa “habrá de determinar la fecha y que estoy seguro comunicará en el momento oportuno”, añadió.

Esta invitación se suma a la de la Conferencia del Episcopado Mexicano, y la del Presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano, el Arzobispo Carlos Aguiar Retes.

“Sin duda esto es motivo de gran alegría. Le he expresado que el pueblo de México es sin duda en su mayoría católico, a lo que él ha respondido que es católico pero que es especialmente guadalupano, y que tiene un cariño especial por el pueblo mexicano”, ha expresado el mandatario.

Se espera que el Papa visite México durante las fechas cercanas al Encuentro Mundial con las Familias en Filadelfia, EEUU, previsto para próximo año del 22 al 27 de septiembre. Por el momento el Vaticano no ha confirmado el viaje del Papa a la ciudad estadounidense.

Es la primera vez que un Jefe de Estado mexicano viaja hasta Italia para visitar exclusivamente al Pontífice de Roma, sin el pretexto de visitar al Jefe de Estado italiano, Giorgio Napolitano. Muchos consideraron la visita como un gesto histórico, síntoma de las buenas relaciones que atraviesan ambos estados.

“Reitero nuestro firme a invariable respeto para con el Estado Vaticano y la libertad religiosa, y sobre todo debo señalar el establecer con él una relación particular de respeto y de cordialidad”, concluyó.