El libro-entrevista del periodista alemán Peter Seewald con Benedicto XVI, que se publica mañana y en el que aparecen las opiniones del Papa sobre el preservativo, se está revelando una mina de declaraciones novedosas. En nuevos anticipos del texto Ratzinger, de 83 años, confiesa que renunciaría a su puesto si «físicamente, psíquicamente y espiritualmente no estuviera ya en condiciones de desempeñar mi tarea».
La cuestión de la dimisión se planteó repetidamente durante los últimos años de Juan Pablo II, ante el evidente deterioro de su forma física, y fue continua fuente de rumores y especulaciones.
De este modo Benedicto XVI se adelanta a futuras polémicas, pero no deja de ser sorprendente que hable de ello. Además,reconoce que sus fuerzas «están disminuyendo».
Otro aspecto delicado que aborda el libro es el de la infalibilidad papal, establecida por Pío IX en 1870 en pleno choque con la modernidad. Benedicto XVI, en línea con la doctrina, niega que el pontífice sea infalible en todo momento.
«El concepto nace ante la cuestión de que haya un último órgano que decide. (...) En determinadas circunstancias el Papa pude tomar decisiones gracias a las cuales queda claro lo que es fe de la Iglesia y lo que no. Pero no significa que el Papa produzca continuamente infalibilidad. (...) Obviamente puede tener opiniones personales equivocadas».
En cuanto a cuestiones personales, Ratzinger confiesa que en sus ratos libres ve alguna película y le gustan las de don Camilo.
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