Diecinueve cardenales latinoamericanos tienen hoy menos de 80 años, lo que les faculta para elegir al sucesor del Papa, quien el próximo 28 de febrero concluirá su pontificado.
De ellos, cinco son brasileños, tres mexicanos, dos argentinos, uno chileno, uno peruano, uno boliviano –Julio Terrazas Sandoval, arzobispo de Santa Cruz de la Sierra, nacido el 7 de marzo de 1936 en Vallegrande–, uno cubano, uno dominicano, uno hondureño, uno venezolano, uno ecuatoriano y uno colombiano.
La edad límite para ser cardenal elector es 80 años. Los cardenales que hayan cumplido esa edad no pueden elegir, pero sí pueden ser elegidos, según las normas vaticanas.
Se espera que el cónclave para elegir al sucesor de Benedicto XVI, quien renunció por su edad (85 años) y por "falta de fuerzas", se celebre a partir del 15 de marzo.
¿Cómo se elige al Papa?
La elección de un Papa es un ritual de larga tradición que está regulado hasta el más mínimo detalle. Juan Pablo II lo reformó en 1996 en su escrito “Universi Domini Gregis”. Sin embargo, no existe una hoja de ruta establecida para el relevo en caso de dimisión. Juan María Laboa, experto en la materia, apunta que "en el derecho canónico no hay nada contemplado para una situación como ésta. Hasta el día 28 de febrero, el Papa sigue siendo la máxima autoridad de la Iglesia y será él quien decida junto al Consistorio cuáles son los pasos a dar". Una vez superado este periodo, éste es el proceso habitual.
¿Quién elige al nuevo Papa?
Los cardenales menores de 80 años, conocidos como electores. En estos momentos son 118, procedentes de 48 países. Europa ostenta la mayoría con un total de 62, seguida de América Latina, con 19.
¿Cuándo es la elección?
Debe celebrarse de 15 a 20 días después de la muerte o renuncia del Papa. La elección se celebra en la Capilla Sixtina.
¿Cómo es el Cónclave?
Celebran por la mañana en la basílica de San Pedro una misa "Pro eligendo Papa". Por la tarde, se visten un roquete y cantan el "Veni Creator" en la Capilla Paolina para pedir la ayuda del Espíritu Santo.
¿Cuánto tiempo dura?
La elección puede durar horas, días o semanas. El primer día del Cónclave sólo hay una ronda electoral. Después cuatro por día. Si la elección se prolonga varios días, se realizan pausas de reflexión.
¿Qué mayoría se precisa para la elección de un Papa?
Primero es necesaria una mayoría de dos tercios y si la elección no se produce durante varios días, se puede elegir por mayoría absoluta. A esta segunda modalidad se puede recurrir como muy pronto a partir de la trigésima ronda electoral. A partir de entonces, se puede celebrar una elección en la que sólo salgan a votación los dos favoritos.
OTROS DETALLES
¿Quién propone a los candidatos para la sucesión?
No hay ningún candidato ni tampoco campaña electoral. Cada cardenal escribe en una papeleta el nombre de aquel que cree que debería salir elegido "según la voluntad de Dios". Votación tras votación se va perfilando entonces el favorito.
¿Pueden votar también cardenales enfermos?
Sí, pero tienen que poder quedarse en el Vaticano durante todo el Cónclave. Entre los cardenales hay tres "infirmarii" encargados de los enfermos. Si los enfermos están en cama, los "infirmarii" van a recoger la papeleta y la depositan en su nombre en la urna.
¿Es pública la elección?
No, se produce a puerta cerrada en medio de un gran hermetismo (cónclave = con llave). La Capilla Sixtina es registrada por expertos en busca de micrófonos o cámaras de televisión ocultas. Los cardenales electores no tienen permitido telefonear, ni recibir correspondencia, ni leer el diario, ni ver la televisión.
¿Cuándo se anuncia la elección del Papa?
Poco después de la elección. Se puede reconocer porque de la chimenea de la Capilla Sixtina sale humo blanco al quemarse las papeletas. Antes, cuando las rondas electivas concluyen sin la elección de un pontífice, las papeletas se mezclan con pez, de manera que al quemarse emiten un humo negro.
¿Cuándo se presenta el nuevo Papa en público?
Tras la elección, el decano del colegio cardenalicio pregunta al elegido si acepta el cargo y con qué nombre quiere gobernar. Los cardenales le juran obediencia, se reza una oración de acción de gracias y el llamado "cardenal protodiácono" presenta al nuevo Papa en la Plaza de San Pedro con la fórmula "Habemus papam". El nuevo pontífice se presenta entonces ante la multitud e imparte su primera bendición "Urbi et Orbe" ("a la ciudad y el mundo").
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