La Iglesia convocó a la población boliviana a convertirse en un discípulo de Jesucristo en el inicio de la Semana Santa, que comenzó este domingo con la celebración de ramos, que rememora el ingreso de Jesús a Jerusalén.
Monseñor Sergio Gualberti, Arzobispo Coadjutor de Santa Cruz, estuvo a cargo de la celebración eucarística en la Catedral de esta capital, en ausencia del cardenal Julio Terrazas, quien se encuentra aún en Roma, tras participar del cónclave donde se eligió a Jorge Bergoglio como nuevo Papa.
En la oportunidad, Gualberti recordó que esta fecha debe ser concebida como un encuentro entre Jesús y su pueblo, en la que se hace expresa la propuesta de seguirlo en la larga subida que él emprendió para llegar a Jerusalén.
“Jesús viene hoy a nuestro encuentro y nos vuelve a hacer la propuesta de subir a Jerusalén, es un llamado a ser discípulos de Jesús, un Jesús perseguido, sufrido y pacífico”, dijo monseñor, que celebró la misa en puertas de la Catedral, ante la gran afluencia de gente que se dio cita para hacer bendecir sus palmas.
Emprender esta subida con Cristo es mostrar ante el mundo la solidaridad que él dio por la humanidad, es identificarnos con los sufrimientos del otro, por ello que el llamado está, sobre todo, dirigido a los jóvenes quienes no deben tener miedo de emprender esta subida.
“Esta mañana quisiera hacer un llamado especial a los jóvenes a que sigan a Jesús, no tengan miedo a emprender esta subida a Jerusalén detrás de Jesús, una subida a su estilo, en sencillez y humildad”, manifestó, a tiempo de precisar que la subida es un símbolo de llegar a Dios.
Por tanto, mencionó, el celebrar este domingo de ramos junto a Jesús es reconocerlo como nuestro amigo, aquel “que nos da la clave de la existencia humana y del sentido de nuestra vida” y nos concede la oportunidad de reiniciar una nueva vida junto al don de convertirnos en rey, como él lo ha sido, pero de los pobres y los humildes, que es donde se encuentra la grandeza y la paz.
Al iniciar la Semana Santa, Gualberti invocó a los fieles a participar del triduo pascual, que implica la pasión, muerte y resurrección de Jesús, acontecimiento que no debe ser separado, más al contrario debe ser visto como un solo conjunto donde está la muestra del amor de Dios a la humanidad.
“Este triduo pascual: jueves, viernes y sábado es una oportunidad incomparable de seguir a Jesús en esta subida y emprender una vida nueva como sus fieles y verdaderos misioneros del señor, amén”, expresó.
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