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viernes, 29 de marzo de 2013

postrado con el rostro hacia abajo, Francisco adora a Dios en el Viernes Santo y escuchó la prédica del capuchino Raniero Cantalamessa sobre la Redención de la Cruz. la colecta para los cristianos de Tierra Santa en su integridad


Francisco se postró por tierra los primeros minutos de la ceremonia del Viernes Santo en la basílica de San Pedro, la única en la que el Papa no predica sino que adora en silencio la Cruz y escucha la homilía del predicador de la Casa Pontifica. El Santo Padre, revestido con los ornamentos rojos, comenzó a levantarse con dificultad, y fue ayudado por dos ceremonieros.

El momento inicial de adoración humilde desde el suelo, habla con fuerza por sí solo, como todos los gestos de Francisco, desde que se inclinó en silencio para recibir la oración de los fieles la primera vez que salió al balcón de la plaza de San Pedro, o el lavado de los pies a dos mujeres, una de ellas musulmana, entre los reclusos de la cárcel juvenil de Roma en la misa del Jueves Santo.
La «postración» no es un gesto nuevo, pues lo han practicado todos sus predecesores. Las novedades al estilo de Francisco serán lasimplificación de la misa de la Vigilia Pascual, el sábado por la noche, en la que bautizará a cuatro adultos, y de la misa del Domingo de Pascua, que concluirá, a mediodía, con la bendición «Urbi et Orbi».
El segundo momento conmovedor de la liturgia del Viernes Santo fue laadoración del Crucifijo ante un altar desnudo, completamente desprovisto de ornamentos. El Papa bajó de su sitial, en uno de los lados de la basílica, se quitó la casulla roja y se dirigió hacia la Cruz vestido con una sencilla alba blanca y una estola.

La ceremonia más sobria

La homilía, a cargo del padre capuchino Raniero Cantalamessa, predicador de la Casa Pontificia, se centró en la Redención en la Cruz, que se rememoraba ayer en la ceremonia más sobria de todo el Año Litúrgico. La colecta de la misa se destinará, como cada Viernes Santo, a los cristianos de Tierra Santa, que atraviesan una situación de gran dificultad, pues la mayoría son palestinos en los territorios ocupados o árabes en países en guerra como Siria o en tensión como el Líbano.
Francisco ha ordenado simplificar la ceremonia de la Vigilia Pascual, el sábado por la noche a las 20.30, acortando las lecturas y otros pasajes de modo que dure menos de las casi tres horas habituales.
El Papa bautizará a cuatro adultos: un albanés de 30 años, un italiano de 23, un ruso de 30, y un muchacho norteamericano de origen vietnamita de 17 años de edad. Justo después del bautismo, el Santo Padre les administrará la confirmación y, poco después, la primera comunión.

Domingo de Pascua

La misa del Domingo de Pascua dará comienzo a las 10.15 de la mañana y, como siempre, no incluirá homilía, ya que el Papa hace los comentarios sobre la Resurrección de Jesús en el saludo previo a la bendición «Urbi et Orbi», a la Urbe y a todo el orbe, a las 12 del mediodía.
Al final de sus respectivos pontificados, tanto Juan Pablo II como Benedicto XVI solían felicitar la Pascua en medio centenar de idiomasFrancisco se limitará bastante en esta primera ocasión, aunque es previsible que vaya aumentado el número de idiomas a medida que se sienta más cómodo con la pronunciación. Los primeros días de Pontificado han traído tal sobrecarga de trabajo que Francisco resuelve a duras penas los asuntos de mayor urgencia, sin tiempo para practicar saludos en idiomas completamente nuevos.
El Papa recibió ayer la felicitación de Pascua del rabino jefe de Roma, Riccardo Di Segni, quien le agradeció su felicitación a la comunidad judía por la fiesta de la Pesach, iniciada hace pocos días.

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