Confirman que envió una carta a Irán pidiendo la liberación de los soldados.
Por Julio Algañaraz - Corresponsal de Clarín en Roma
El Papa intervino personalmente en la crisis que estalló tras la captura de 15 militares británicos en el confín marítimo entre Irán e Irak, con una carta que envió hace cuatro días al Guía Supremo de Irán, el ayatollah Alí Jamenei. En la misiva, Benedicto XVI le pidió la liberación de los marinos de Su Majestad como "una prueba de buena voluntad".
Lo reveló ayer The Guardian de Londres. La noticia, que causó mucha sorpresa y tantas especulaciones, fue confirmada por el Vaticano como un paso diplomático del pontífice "por razones exclusivamente humanitarias". La carta fue consignada a Irán el miércoles pasado, horas antes de que se anunciara la liberación de los 15 marinos británicos.
El Papa auspició en la misiva que los súbditos de la reina pudieran ser restituidos a sus familias para celebrar con ellos la Pascua. Se trataría de un significativo gesto religioso, escribió Benedicto XVI.
Es obvio que el Papa no envió la carta a través de los canales diplomáticos (hay un embajador iraní en el Vaticano y un nuncio apostólico en Teherán) en forma espontánea. En estos casos siempre se hacen consultas previas en el más alto nivel y el ayatollah Jamenei debe haber comunicado a Roma que una misiva del Santo Padre sería bien recibida.
¿Cuál fue el impacto de la carta del pontífice en la solución de la crisis? En la conferencia de prensa que armó en Teherán el presidente de Irán, Mahmud Ahmadinejad el miércoles para anunciar la liberación dijo que se había decidido "perdonar" a los prisioneros.
Muy importante, Ahmadinejad afirmó que la decisión había sido tomada en ocasión del aniversario del gran profeta Mahoma y de la Pascua que recuerda la pasión y muerte de Cristo. No hay que olvidar que Jesús es también uno de los profetas de la religión musulmana.
Entre la Santa Sede y el régimen de Irán hay una intensa actividad diplomática. Ahmadinejad escribió en diciembre al Papa para pedirle "en nombre de la cooperación entre las diferentes religiones", ayuda en el conflicto por el desarrollo del plan nuclear iraní, condenado por las Naciones Unidas.
El presidente de Irán se refirió en su carta a las "injustas relaciones" que hay entre los países. El Papa le respondió con un llamado para que los problemas entre los pueblos sean "resueltos con el diálogo, la mutua comprensión y la paz". El tono de la respuesta de Benedicto XVI gustó al régimen de Teherán que lo interpretó como un rechazo vaticano de las sanciones diplomáticas y las amenazas bélicas norteamericanas contra Irán.
The Guardian reveló además que, durante la crisis por los marinos prisioneros, los norteamericanos ofrecieron lanzar "patrullas agresivas" aéreas. La versión sostiene que los británicos se apresuraron a declinar la oferta y pidieron a EE.UU. que no echaran leña al fuego. Es preciso tener en cuenta que bastaba otro incidente para que entrara en llamas el Golfo, donde Washington estacionó una gigantesca fuerza naval.
Los norteamericanos creen que hay que darles una lección a los Guardianes de la Revolución, los famosos "pasdarán", que son quienes capturaron a los británicos. El gobierno de Tony Blair quiere alejar la perspectiva de una guerra que siente próxima contra Irán y por eso potenció todos los canales diplomáticos. Esa es otra historia que algún día se conocerá a fondo y que revelará cómo sobre la superficie se mostraron los músculos, mientras que por debajo hubo intensas negociaciones y concesiones.
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