El rostro amable de Juan Pablo II domina ya la plaza de San Pedro enuna foto gigante a toda la altura de la columnata de Bernini. Juan Pablo “el Grande” mira con cariño hacia la basílica, donde el uno de mayo se asomará una segunda imagen, justo en el momento en que Benedicto XVI conceda la elevación a los altares el próximo domingo.
Otras 27 grandes fotos en la columnata muestran el mejor momento de cada uno de los años del Pontificado. A cuatro días de la ceremonia, los peregrinos han “tomado” ya la zona y es cada vez mas difícil moverse en torno a la plaza de San Pedro. El Gobierno italiano espera un millón de peregrinos sin contar con los fieles de Roma.
Hacia la mitad de la Vía della Conciliazione, la gran avenida de acceso al Vaticano, los peregrinos se hacen fotos junto a la nueva estatua de bronce de Juan Pablo II con los brazos abiertos en actitud de acogida. Unos repetían el gesto, otros le acariciaban el rostro sonriente y “bronceado” que le recuerda en los mejores momentos, antes de que el parkinson empezase a borrar aquella sonrisa.
Al atardecer del miércoles, un chubasco repentino puso en fuga a casi todos, como volverá a suceder en los próximos dos días, pero los meteréologos prevén sol radiante para el domingo.
Preparativos con ambiente de fiesta
El ritmo frenético de los últimos preparativos convive en las calles de Roma con un ambiente de fiesta. Decenas de millares de peregrinos están ya en la Ciudad Eterna con varios días de adelanto sobre el primer acto del programa, la vigilia en el Circo Máximo el sábado por la noche. El Gobierno espera más de un millón de asistentes a las ceremonias, sin incluir los romanos.
Mientras en la plaza de San Pedro los obreros levantan la platea para las cámaras de televisión, las tiendas de recuerdos de la zona exhiben todo tipo de “souvenirs”, desde campanillas y relojes hasta tazas, mecheros y camisetas, pasando por bustos y estatuas de todo tipo, desde las más dignas a las más “kitsch”, pues los objetos baratos son fabricados en China. Lo que más se vende son los rosarios, que mucha gente lleva también para sus familiares, y los libros de fotografías de un Papa que atraía las cámaras como un imán, tanto en su juventud como incluso en su vejez.
Los carteles con fotos entrañables de Juan Pablo II se asoman por toda la ciudad: cuelgan de las farolas, ocultan las vallas de las obras y se mueven con los autobuses. La mayoría son del Ayuntamiento, perootros son de personas y entidades que se suman por su cuenta a la fiesta. En muchos escaparates y comercios comienzan a verse fotos de empleados y gerentes con Juan Pablo II, que fue “su” obispo a lo largo de 27 años y visitó las trescientas parroquias.
Las pantallas gigantes de televisión han comenzado a funcionar tanto en la plaza de San Pedro como en las demás basílicas, mientras se preparan otras todavía más grandes para las grandes plazas e incluso algunos parques si fuese necesario. Según uno de los organizadores, “la estructura es modular. Podemos instalar nuevas pantallas y nuevos puntos de entrega de agua y víveres en otras plazas según haga falta, de modo que todos los peregrinos puedan ver lo que sucede en la plaza de San Pedro”.
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