Las cartas pastorales, documentos de reflexión y orientación evangélica que cada cierto tiempo suelen dar a conocer los obispos, tienen la particular virtud de marcar el rumbo de la historia política y social de la nación. Por ejemplo, en febrero del año 2000, el país conoció el documento Tierra, Madre fecunda para todos, y en enero de 2003, se divulgó El agua, fuente de vida y don para todos.
El documento Tierra decía: “Como pastores de la Iglesia… nos dirigimos a ustedes, hermanos campesinos y pueblos indígenas, gobernantes y gobernados, para anunciarles esta Buena Noticia: la tierra en que vivimos, este suelo que pisamos y trabajamos y esta arcilla con la que moldeamos nuestro futuro es un don de Dios, es un bien universal que tiene que beneficiar a todos”. Dichas reflexiones se convirtieron luego en guías para exigir al Estado justicia en el régimen de propiedad y a la sociedad, cambios profundos para mantener la paz y buscar el bien colectivo.
El documento Agua decía: “…uno de los grandes problemas que amenazan tanto a los bolivianos como al mundo entero y que están en la mira de todos es el agua: su uso, sentido, cuidado, defensa y destino universal. En estos últimos años, el agua ha sido motivo de debate, convulsiones sociales, controversias legales, reflexiones y acciones de uno y otro sector en torno a este don tan frágil y tan necesario para la supervivencia humana y de todos los seres vivientes, y al mismo tiempo, tan codiciado por algunos acaparadores.”
Varios artículos de la Constitución vigente se refieren a la tierra y el agua, en ellos se puede advertir que las reflexiones pastorales han calado en la conciencia colectiva y han dejado huella en las normas bolivianas.
Los católicos en la Bolivia de hoy: presencia de esperanza y compromiso es una Carta Pastoral que se da a conocer en momentos de gran incertidumbre y creciente convulsión social, que traerá luces y esperanza a gobernantes y gobernados, como las pastorales Tierra y Agua lo hicieron en su tiempo.
El momento histórico que vivimos no está exento de tensiones que pueden producir distanciamiento o heridas entre hermanos —reflexionan los obispos—, por eso, esta carta pastoral… “quiere constituirse en una invitación a deponer actitudes hostiles y avanzar en una reconciliación fraterna. Bolivia ha pasado situaciones difíciles a lo largo de su historia y las ha sabido superar con la buena voluntad de todos”. “Lo que hemos expresado —continúan— busca aportar a la unidad, sobre la base del respeto mutuo y un diálogo sincero”.
“Esta carta quiere ser la respuesta… a los procesos de construcción del bien común, de la justicia y la paz. Hemos pretendido realizar una reflexión serena y una aportación crítica sobre la presencia esperanzadora y el compromiso de los católicos en el contexto de la Bolivia de hoy, haciéndonos eco de las Palabras de Jesús: ‘Ustedes —el pueblo— son la luz del mundo’”. Visitar: www.iglesia.org.bo
Politólogo y catedrático
Carlos Cordero Carrafa
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