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domingo, 1 de agosto de 2010

El Deber Digital publica un resumen de la prédica del Arzobispo y presidente de la Conferencia Episcopal Mons. Julio Terrazas Cardenal de Bolivia

"Hermanos y hermanas el llamado es a compartir, el llamado es a no quedarnos dentro de ese ámbito de la avaricia de tenerlo todo para sí mismos, porque el Señor dice que la avaricia es una idolatría, un falso dios que también engaña constantemente", dijo Terrazas.
En ese marco el purpurado recordó que debemos levantar la cabeza para hacer lo que el Señor pide, cosas que le agraden a él no cosas que nos agraden a nosotros mismos o que creemos que nos va a agradar y durar para siempre, cuando en realidad la mano de Dios está para ayudarnos y ponernos en orden frente al hermano que sufre.
El Arzobispo aseguró que la palabra del Señor viene a recordarnos algo que no nos gusta recordar, la palabra ilusión, de la que viven la vanidad y las cosas que pasan y que aparecen como luceros pero que desaparecen rápido ante una pequeña nube, cosas que se deshacen, pero que son capaces de llamar la atención de mucha gente para llenarlas de ilusiones, para pensar que viven felices y que están gozando de un paraíso anticipado y a veces en esto se coloca no solamente el deseo de tener dinero o cosas grandes si no se coloca inteligencia y experiencia para crear cosas que no se disfrutarán un solo instante.
El prelado también manifestó que la palabra de Dios invita a ir descubriendo en el alma algo mas allá de lo ilusorio y nos hace constatar que dentro de nosotros hay algo de Dios, que no se conforma con cosas pasajeras y que no quiere ilusionarse con cosas que se deshacen y Él quiere de nosotros, la totalidad y la capacidad de buscarlo.
En la Biblia, el apóstol Pablo, da el mensaje de no preocuparse tanto de lo externo ya que hay que hacerlo de las cosas que nos nutren, de la vestidura blanca que recibimos el día de nuestro bautizo y que la presentamos a Dios, de la luz que se nos entregó para alumbrar nuestro caminar y el de nuestros hermanos, eso es buscar las cosa del cielo y llenarnos de una mentalidad que no se deja aprisionar en la tierra por nadie, aunque tenga mucho poder o todo el poder que la tierra le puede dar y a eso el Evangelio nos invita.
El prelado también recordó que la próxima semana se prepara un nuevo aniversario del país que espera se distinguiera de los otros, no por tantas cosas que se hacen, por muy bonitas que sean, ya que no solucionan los problemas si no hay un cambio de mentalidad. "Tenemos que sacudir el polvo del olvido de la patria para que realmente podamos nosotros cantarla y honrarla más que con palabras, con nuestras obras", dijo el Cardenal.

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