Barack Obama ha asistido este jueves en Washington al Desayuno Hispano de la Oración, la versión en español de este popular evento, que además en este caso equivale al acto político-religioso de mayor envergadura para la comunidad hispana estadounidense. Obama recibió como obsequio una Biblia bilingüe, en español y en inglés. Dijo que era muy “bonita” y prometió usarla para rezar y para “mejorar mi español”.
El presidente de Estados Unidos no ocultó que aspira a volver a ganarse el voto hispano. Aunque este es un voto tan grande (uno de cada seis ciudadanos estadounidenses es hispano, según el último censo) que cada vez es más difícil administrarlo en bloque, la religión es una cuerda clave a pulsar, una tecla segura.
Un sondeo del Pew Research Center realizado en 2007 acredita que lascreencias religiosas son clave en el sentimiento de comunidad de los hispanos, dos tercios de los cuales son católicos romanos. Les siguen en incidencia los protestantes evangélicos, un 15 por ciento del total.
Comprometido con la reforma inmigratoria
Ante una audiencia de destacados líderes políticos y sociales hispanos que se habían reunido para desayunar y orar juntos y para escucharle, Obama recordó su reciente viaje a la frontera entre Texas y México y se presentó como un presidente comprometido con la reforma inmigratoria “por imperativo moral”.
“Somos un país de ciudadanos y de leyes”, recordó, evocando los orígenes multiétnicos de Estados Unidos y citando el Deuteronomio para invocar la tolerancia hacia el extranjero. Insistió en la necesidad de reforzar los controles fronterizos, pero también de dar cabida y salida a los hijos de la inmigración “que no pueden ver limitados sus sueños por las acciones de sus padres”. Obama estaba aludiendo al reiterado fracaso de la Dream Act, una ley que quería impedir que los hijos de inmigrantes ilegales que llevan toda la vida en el país, integradísimos en él, encuentren cerradas las puertas de la universidad o del trabajo.
Para explicar por qué nada de esto se ha solucionado hasta ahora, el presidente insistió en que está en su mano “eludir al Congreso”, actualmente bajo control republicano. Con lo cual Obama echaba a la oposición la culpa de que su gobierno no haya cumplido ni una sola de las promesas sobre inmigración con las que él ganó las elecciones.
Pero ahora todo será diferente, prometió, a la vez que aseguraba que él tiene el poder de “firmar leyes”, y la comunidad hispana la fuerza para “promoverlas”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
invitación a comentar lo publicado. la única restricción está en un lenguaje pulcro, directo, sin insultos ni palabras soeces que dañen la dignidad