El movimiento de estos días "no puede hacernos olvidar la responsabilidad de los padres para hacer que sus hijos crezcan en la verdad, en la paz y en la justicia, para hacer que sus hijos reciban los valores que la fe nos ha dado" "El derecho de los padres no puede ser suplantado por nadie", puntualizó el Cardenal en la homilía de este último domingo de Adviento, de preparación para la Navidad, la fiesta del nacimiento del Emanuel, "Dios con nosotros".
El Presidente de la CEB y Arzobispo de Santa Cruz señala que el evangelio del apóstol Pablo enseña que a José el ángel del Señor le instruyó que al Niño por nacer debía llamarle Emanuel, y "ahí viene la entrega de parte de Dios a José de esa responsabilidad paterna, vas a ser el padre de este niño, por eso lo vas a llamar Jesús y tú el primero tienes que ponerte a disposición de él".
"Dios que ha venido en la persona de Cristo para romper todas las esclavitudes que puedan atarnos a la cosas de la maldad, a las cosas materiales solamente", remarcó el Cardenal al exhortar a los fieles a que los festejos y las luces "no nos hagan olvidar que Él ha venido a sembrar paz".
LA PLENA DISPOSICIÓN
El cardenal Terrazas subrayó que "Si Dios está con nosotros es gracias al sí de la Virgen María, que con toda disponibilidad supo aceptar el plan de Dios en su propia vida".
La santísima Virgen "aceptó ser la madre de aquel que viene a redimirnos, a salvarnos, a entregarnos la vida de Dios para que nuestra vida se alce con dignidad y con todo el respeto que ella merece", remarcó.
"Nuestra madre la Virgen nos ha traído a nuestro Dios, que es el Dios con nosotros", subrayó el Cardenal al enseñar que "Él va a llegar para servir a su pueblo y nos va a dar la certeza de que Dios está siempre con nosotros, es el Emanuel".
"Por eso es que la queremos a la Virgen, porque nos acercó a Dios", puntualizó al recordar que así se cumplió la profecía de siglos antes del nacimiento del Niño Dios.
NAVIDAD
Con la sentencia de que "no se limiten a las cosas pasajeras", el Presidente de la CEB manifestó su esperanza porque las "comunidades y personas de fe y de buena voluntad puedan captar mucho mejor la presencia de este Dios que vino justamente para que podamos sembrar las cosas de Dios en medio de las realizaciones o de las búsquedas humanas".
En medio del bullicio, de las luces "de tantas cosas y signos vanidosos podemos percibir la presencia de Dios entre nosotros", de un "Dios que no quiere más que reine el pecado entre nosotros, de un Dios que busca la verdadera libertad que todos anhelamos, de un Dios que siembra el amor y la paz como fundamento para la convivencia".
"Un Dios que viene a recordarnos que somos los amados del Padre y que estamos convocados a ser santos a irradiar absolutamente toda la fuerza de Dios en medio de nuestras debilidades".
"La Navidad ya tan próxima, tan cercana tiene que darnos todavía la certeza de que prepararnos no es tanto preparar las cosas externas, que vuelvo a repetir son buenas cuando nacen del corazón, son malas cuando sólo hay vanidad y son perjudiciales y hasta un insulto cuando a nuestros niños les damos solamente algo material y no le damos cariño y no los defendemos del mal y no hacemos realmente que su camino vaya abriendo sendas de paz y de justicia en medio de nosotros".
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