Empezamos ayer el camino para prepararnos a la Navidad. El nacimiento de Jesús llama nuestra mirada a descansar en Él, pequeño y frágil, confiado a nosotros, pero Dios y Salvador. Todos estamos frente a Él para acogerlo y defender la vida; para reconocerlo encarnado y defenderlo en las vidas que son amenazadas.
En los días pasados, he expresado la preocupación de papás y educadores del Trópico, porque algunos menores son víctimas del narcotráfico. Lo siento que por esta declaración alguien se haya sentido ofendido. Pero ahora vayamos más allá de nuestros sentimientos y miremos en los ojos a tantos menores, que en nuestra sociedad están en situaciones vulnerables, y juntos preguntémonos: ¿qué podemos hacer por ellos? ¿Cómo podemos cambiar su futuro?
Les agradezco por el gesto de comunión eclesial y de oración: pidan por mí y por todos los pastores del pueblo de Dios, el don de la fortaleza, la sabiduría y la paz. Yo le pido al Señor por todos ustedes.
Nos unimos en la oración como miembros de la Iglesia y parte de la sociedad. Renovemos nuestro compromiso de servir al Señor en los pequeños y necesitados. Hagámoslo con la verdad y la caridad.
Mons. Tito Solari Cappellari
Arzobispo de Cochabamba
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