Perón cayó cuando atacó a
la Iglesia
Mauricio Aira
Cuando se
ataca a la Iglesia Católica inmediatamente viene a la memoria lal historia de Perón un
militar político que se hizo del poder y gracias al carisma de su esposa Eva
Duarte fundó el partido justicialista destinado a perpetuar en el poder al
peronismo, fenómeno socio-político que ha marcado con sello de sangre la
historia de Argentina de los últimos decenios.
Para decirlo
en pocas palabras. Envanecido en las alturas del poder y arropado por los
descamisados creyó Perón que podía emprenderla contra la Iglesia, menudearon
sus ataques y sus seguidores no tuvieron empacho en incendiar algunos templos
lo que ofendió al pueblo católico que secundado primero en la Fuerza Naval
levantó las armas y obligó a Perón a interrumpir su mandato en septiembre de
1955 y tuvo que huir hacia el exilio. Años después Perón ya en Madrid se
reconcilió con la Iglesia y recibió la absolución de un Obispo antes de su
regreso a Argentina y al poder vía elecciones democráticas. Nunca más atacó a
la Iglesia hasta el día de su muerte.
La respuesta
a la pregunta de quiénes y porqué atacan a la Iglesia es la utopía del
racionalismo el progreso indefinido o sea el comunismo fundado por Marx
(1818.1883) que ofreció un paraíso en la tierra gobernada por hombres buenos e
iguales que sustituyera al capitalismo modelo impulsado por el racionalismo
liberal. Marx sitúa al hombre al servicio de la sociedad, del Estado relegando
su libertad individual a un último plano, el fin supremo es conseguir una
sociedad igualitaria y justa.
El marxismo
combatió a la religión, al catolicismo considerándolo “la infraestructura
social sobre la que se levanta el sistema burgués” la fe en Dios, haría
inviable el esfuerzo marxista para
construir el paraíso perfecto “el buen vivir”. Considera a la Iglesia cómplice
de la injusticia social.
Los que
atacan a la Iglesia siendo comunistas olvidan que su sistema provocó mayor pobreza,
atraso social, injusticias, total falta de libertad, y una cantidad
impresionante de muertos (sólo durante los primeros años pasaron de 40
millones) en cuanto a DDHH los soviéticos se negaron a firmar la Declaración Universal
proclamada por NNUU en 1948 aunque algo más tarde enarbolaron la misma bandera
cuando les resultó conveniente. El comunismo se cayó solo, su economía
construida sobre principios de explotación humana se desplomó de un día para
otro (1989) Millones de personas siguieron creyendo en Dios, Juan Pablo II
consiguió en poco tiempo el retorno a la libertad religiosa en su Polonia
natal. (Ver la increíble historia “el milagro del beato Juan Pablo II)
Los que hoy
atacan a la Iglesia Católica son los destructores de la familia, promoviendo
leyes como la permisividad incontrolada del aborto, prohíjan el matrimonio
homosexual, la eutanasia, ignorar a Dios en las escuelas, dominados por la idea
de destruir los valores cristianos desde dentro, socavando la mentalidad
cristiana de la sociedad. Se habrá notado que no se trata de prohibir el
cristianismo en forma violenta como lo hiciera el comunismo, sino de provocar
en la gente el rechazo a las ideas del Evangelio. Quisieran convertir a los
templos en museos de historia y lugares turísticos para tomar fotografías.
Ante los
ataques oficiales y públicos a la Iglesia se impone la lealtad a sus enseñanzas
a través del estudio y el razonamiento, porque tienen un fundamento bíblico y filosófico.
Repasar las encíclicas y documentos de la Santa Sede. Esto que parece tan
elemental profundizar el Catecismo, privilegiar las lecturas eclesiales frente
a lo esotérico, a las “nuevas filosofías
anticristianas”, a la tendencia de moda, a las de sexo y violencia. Amenazan la
construcción del Reino de Dios con las historias de la “nueva era” que se van
agrupando gracias al impulso poco reflexivo de muchos creyentes.
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