Nada sucede sin la venia del Señor. Todo encaja en su Divina Providencia, por lo que abandonarse en sus brazos y repetir la oración de cada dia "Hágase tu Voluntad..." es la forma más sabia y más humana de aceptar la vida con sus grandezas y sus miserias.
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martes, 7 de junio de 2011
después de la Ascensión Jesús nos prometió al Espíritu Santo que llega 10 días después en forma de lenguas de fuego para iluminar nuestra voluntad y lanzarnos al mundo
“Ven, consolador lleno de bondad,
dulce huésped del alma,
alivio que conforta”.
Espíritu Santo, que habitas en el corazón de tus fieles y eres el amor divino, derramado sobre los que obedecen la voluntad de Dios, ¡ven, y habítanos!
Amigo del alma, compañero íntimo a la vez que discreto, que convives en el interior del ser con quien te acoge, tanto en las horas recias, como en las luminosas, ¡ven, y habítanos!
Intimidad del ser, que impides que ninguna criatura humana pueda borrar la semejanza divina que lleva como impronta del Creador, haznos conscientes de tu presencia, ¡ven, habítanos!
Anfitrión a la vez que huésped, que restauras con tu presencia toda fragilidad y consuelas en la intemperie que produce el sentimiento de vacío, ¡ven, habítanos!
Compañía entrañable, que impides perecer en la percepción abismal de la soledad poblada de aullidos, en las parameras desérticas del alma, en nuestra soledad ¡ven y habítanos!
Aliento de vida, amigo fiel que da respiro en la fatiga y tregua en el agotamiento, fuerza en las horas recias, ánimo en el decaimiento, ¡ven, habítanos!
Espíritu Santo, que al habitar en el corazón de tus fieles, los conviertes en santuarios, en templos vivos, casas abiertas y habitables, remecidas de amor y de luz. ¡Ven, habítanos!
Huésped del alma, déjate sentir en la intemperie, ¡ven, habítanos!
Huésped del alma, aviva la hoguera de tu amor en nuestro corazón herido. ¡Ven, habítanos!
Huésped del alma, regalo precioso e íntimo para quien siente desolación. ¡Ven, habítanos!
Huésped del alma, razón de la dignidad de todo ser humano. ¡Ven, habítanos!
Huésped del alma, soplo y aliento de vida, razón de la existencia. ¡Ven, habítanos!
Huésped del alma, fortaleza, consejo y consuelo. ¡Ven, habítanos!
Huésped del alma, amigo y compañero de camino, mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro. ¡Ven y habítanos!
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