Creo en Dios Padre Todopoderoso…y en la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana... Definitivamente el Credo resume las verdades de la fe católica y de los grandes principios que la inspiran, motivan y gobiernan. Definitivamente la existencia del actual Pontífice Juan Pablo Segundo, gloriosamente reinante es una senal a todas las gentes, de todos los tiempos acerca de la inmortalidad de la Iglesia "los cielos y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán" y la no menos consoladora promesa "Estaré con vosotros hasta la consumación de los tiempos" hacen de la Iglesia fundada por Nuestro Senor Jesucristo hace ya más de 20 siglos, el milagro viviente de la existencia de Dios y sus misterios.
Y es que a raíz de la enfermedad del Papa y su internación en una clínica en dos ocasiones, nos ha hecho ver cuán grande e importante es la autoridad moral del Santo Padre en un mundo materializado, ateísado y dado a las pasiones de la carne, del poder, del lujo, del alcóhol y las drogas como nunca antes en la historia de la humanidad.
Quién podría desconocer los méritos personales de Karol Wojtyla que han dado por resultado la paz mundial, el diálogo interreligioso, la colosal oposición a toda guerra, la continuada defensa de los pobres y desvalidos, la humildad fruto del análisis ante la historia y por ende la capacidad para haber pedido perdón a los colectivos humanos por errores históricos y finalmente la entereza de su franca lucha en defensa de la vida contra las masacres y el aborto.
Porque al asumir su responsabilidad a la cabeza de la Iglesia se trazó la misión de recorrer el mundo entero como un peregrino más para proclamar el Amor de Dios, la fraternidad entre los hombres, el abandono de vicios y pecados que convierten al hombre en un ser desprovisto de conciencia y cercano a los monstruos. Joven sacerdote, deportista y actor de teatro, Karol se entregó con pasión a su vocación religiosa, justamente en medio del estruendo de la Segunda Guerra Mundial que dejó tan abrumadores restos de destrucción y del odio entre unos y otros.
El carisma y las prestaciones que le caracterizan hicieron de él primero un Obispo muy activo en su querida Polonia y luego en Roma donde al morir su predecesor Juan Pablo Primero a las pocas semanas de haber sido ungido Pontífice, se estremeció al anunciarse como el nuevo Papa que no dudó en elegir el nombre del difunto para marcar ante la historia y la humanidad la ininterrumpida continuidad de esta Iglesia que engloba al mundo entero, que proviene de la sucesión apostólica y que está asentada en Roma, la Ciudad Eterna.
De ahí que no cause extraneza que millones de hombres y mujeres cristianos y no cristianos hayan estado pendientes del estado de su salud. Se puede asegurar que no hubo radioemisoras, canales televisivos ni diarios y revistas que no se hubieran ocupado de ello. El enfermo, alentó a quienes rogaban por él, a continuar en la oración para que el Senor le ayudara a cumplir su deber hasta el último momento.
Esto último quiere decir que mientras conserve la lucidez mental, mientras sea conciente de la responsabilidad que encarna como Sumo Pontífice podrá seguir con la cruz de conducir esa formidable Institución cuyo poder espiritual se extiende sobre la faz de la tierra.
No pocas especulaciones se han dado al mismo tiempo acerca de una probable renuncia del Papa a su trono y la inmediata convocatoria a un Concilio de todos los cardenales para elegir a su sucesor. Los historiadores recuerdan un solo antecedente ocurrido hace ya varios siglos, ninguno en los últimos tiempos porque no dejaría de ser interpretado de diversas maneras. Por el momento y luego de la traqueotomía que le fue practicada el Papa está en buenas condiciones según los partes médicos y aunque con ciertas limitaciones proseguirá al frente de sus deberes.
Pidamos a Dios fuente de la vida y la salud que asista a su siervo el Papa hasta cuando su Providencia lo disponga sin interrumpir la admirable vida de la Iglesia que ha sobrevivido con gloria a tantas guerras e incidentes. (Pub. por LT 23.3.05)
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