La Iglesia Católica en Bolivia celebra la firma del documento "Bases para un acuerdo nacional" realizada en la víspera, entre representantes del Gobierno Nacional y representantes del Consejo Nacional Democrático (CONALDE). Con este paso fundamental se inicia un proceso de negociación sobre los principales problemas nacionales en debate y se abre la esperanza de arribar a acuerdos duraderos por el camino del consenso.
Asimismo pondera la madurez y sensatez de ambos sectores al optar por el único camino válido y confiable, acorde con el sistema democrático que vivimos. Los Obispos como pastores del Pueblo de Dios siempre han insistido en la necesidad y pertinencia del camino del entendimiento. Por ello felicitan sinceramente a todos los que han hecho posible este primer acuerdo.
Este nuevo escenario de esperanza que se ha abierto para todo el pueblo boliviano no admite susceptibilidades, insultos, descalificaciones ni dobles discursos por parte de los sectores llamados a dialogar. Igualmente es inadmisible llevar adelante un diálogo verdadero y constructivo bajo presiones de ninguna naturaleza. Por eso apelamos a la capacidad y sentido de responsabilidad de los actores políticos y sociales y les animamos a continuar construyendo los consensos necesarios en temas de por sí complejos y difíciles.
Saludamos que el documento firmado explicite como motivación el restablecimiento de la paz y la búsqueda de la unidad nacional. Esto muestra que los líderes del oficialismo y la oposición han escuchado el clamor nacional y que van a empeñar sus mejores esfuerzos para lograr ese "gran acuerdo nacional".
La Iglesia Católica, a través del sus autoridades y laicos comprometidos, seguirá acompañando estos esfuerzos con sus oraciones y los servicios de facilitación que se consideren necesarios. Como ha expresado nuestro Cardenal este acuerdo inicial no debe ser entendido como derrota para nadie, sino como una victoria merecida para todo el pueblo boliviano. La Iglesia apuesta por el cambio profundo en el corazón de las personas, porque de lo contrario no alcanzaremos una paz ni una unidad permanentes.
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