Todo se ve bien y hay quienes lo aplauden, pero a la hora de revisar las actitudes, los hechos que hablan mejor sobre cómo son realmente las cosas, la situación es diferente. Queremos referirnos a la absoluta falta de respeto que cometió el vicepresidente García Linera hacia la identidad, la cultura y la fe de los cruceños en el 24 de septiembre.
Nada menos que en la Manzana 1, frente a la Catedral Metropolitana, donde se celebró la misa de acción de gracias por la efeméride cruceña, la gente del presidente en ejercicio organizó una ofrenda a la Pachamama, con rituales andinos que no tienen nada que ver con la cultura local.
Ese acto fue una clara demostración de prepotencia y provocación que lamentablemente es tolerada por autoridades locales y departamentales. Esto nos debe dar una idea de lo que puede ocurrir en Santa Cruz una vez sea tomada por la hegemonía del MAS.
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