Las ideologías materialistas en el mundo entero fracasaron por intentar imponer su predominio, por lo que el mensaje de Cristo es vivir hermanados en torno a Dios. Los conceptos fueron vertidos por monseñor Luis Saenz durante la homilía de la misa de fiesta en honor a la Virgen María de Urkupiña que se celebró este miércoles en el atrio del templo de San Ildefonso.
De la sagrada eucaristía de fiesta también participaron miles de fieles y devotos del país y el extranjero, especialmente Argentina, Brasil, Chile, Perú y otras latitudes, quienes renovaron su fe y devoción a la Virgen de Urkupiña. Destacó la presencia del Centro Cultural “Masis” de Sucre que acompañó el desarrollo de la misa arrancando aplausos de los asistentes.
El monseñor Saenz durante su mensaje dijo que en tiempos de cambio, Urkupiña nos invita a ser más responsables y comprometidos con los más necesitados.
CENSO 2012: El Obispo monseñor Luis Saenz sostuvo, asimismo, que en el Censo 2012 debe preguntarse a los vecinos que religión profesa, y si la mayoría dice que son católicos, debe darse una profunda reflexión por no apoyar en estos momentos al prójimo.
“Debemos hacernos un autollamado de atención porque debemos preocuparnos por qué no vivimos como hermanos. No podemos vivir como cristianos católicos, sino nos liberamos de nuestros egoísmos y de querer dominar a todos. Si somos católicos debemos vivir como una familia, sin discriminaciones ni exclusiones”, dijo arrancando aplausos de los miles de devotos.
TIEMPOS DE CAMBIO: Monseñor Luis Saenz también se refirió al proceso de cambio que vive el país y el mundo, indicando que todo cambio trae confusión y desorientación, pero que era lo más normal: “Los cambios son necesarios, porque se busca mejorar nuestras condiciones de vida”, dijo.
Asimismo sostuvo que ante esta situación los bolivianos esperan algo de los cristianos católicos, una especie de luz en el túnel por donde se pueda caminar.
“Nosotros los católicos sabemos qué quieren nuestros hermanos y Urkupiña es la Patrona de la Integración Nacional, por tanto lo que queremos es que todos nos integremos y vivamos como hermanos. Los bolivianos quieren a Dios en su casa, sociedad y sus vidas, y la Virgen de Urkupiña nos invita a encontrarnos con Jesucristo, el amor, la justicia y con la verdad”, agregó.
Saenz dijo que ese es el mensaje, porque los bolivianos quieren vivir bien y mejor como una sola familia, ya que las ideologías materialistas en el mundo entero fracasaron. “Si no nos amamos, es que no hemos comprendido la existencia de Dios”, añadió.
Tras la homilía del Obispo Auxiliar del Arquidiócesis de Cochabamba, se procedió a la procesión de la Virgen de Urkupiña por la Plaza Principal de Quillacollo, donde los miles de fieles saludaron el paso de la Mamita con los pañuelos en alto y donde no faltaron las lágrimas de emoción.
LEYENDA DIVINA: Según el periodista y experto en temas de Urkupiña, Rafael Peredo Antezana, la historia de Urkupiña se confunde con la tradición y leyenda. Ella parte de la visión que la niña campesina del rancherío de Cota tuvo de aquella extraña y simpática señora cuya imagen surgió de la tierra, iluminada por una luz celestial.
Relató que este hecho milagroso, sin duda alguna, sucedió hace más de 400 años, dando origen a uno de los fenómenos religiosos folklóricos y sociales más originales que se hayan dado en Bolivia.
Peredo dijo que la tradición y la leyenda de Urkupiña forman parte de ese gran fresco que es la historia de Quillacollo, la misma que arranca en una fecha perdida en la bruma del tiempo. Una tradición cuenta que la antigua población no ocupaba el actual lugar sino el espacio que ahora ocupa la Capilla del Calvario.
“La leyenda sobre todo surge de la imaginación mística y fervorosa del pueblo quillacolleño, pero lo cierto es que ya antes del siglo XVII empiezan a cobrar fama los milagros de la imagen de Urkupiña, la misma que hoy continúa ganando cada vez mayores devotos”, agregó.
Desde luego que hay historias similares en América latina y Europa, como es el caso de la Virgen de Guadalupe, en México, y de Lourdes en Francia, cuyo poder milagroso se reveló en 1858, o sea después de que empezaron la leyenda y la tradición de la Virgen de Urkupiña.