El presidente de Cuba, Raúl Castro, recibió ayer en su despacho al arzobispo de La Habana, el cardenal Jaime Ortega Alamino, y al arzobispo de Santiago de Cuba y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, monseñor Dionisio García Ibáñez, según informa en portada el diario oficial del Partido Comunista, «Granma».
El periódico, que publica también una foto de Castro y los prelados, añade: «En el encuentro se analizaron diversos temas de interés común, en particular el favorable desarrollo de las relaciones entre la Iglesia católica y el Estado cubano». A la reunión asistió «la compañera Caridad Diego Bello, jefa Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido».
El cardenal, «garante»
José Félix Pérez, portavoz de la Conferencia Episcopal de Cuba, en conversación telefónica con ABC, destacó ayer que lo novedoso de lo ocurrido, dentro de las tradicionalmente difíciles relaciones Iglesia-Estado en Cuba, era que el régimen castrista había decidido poner al cardenal Ortega como «garante para que las Damas de Blanco pudieran hacer sus marchas sin ser agredidas». Y añadió: «Lo nuevo es el encargo de esa gestión. Nunca antes había acontecido algo así». Las Damas de Blanco son un grupo de mujeres, esposas y familiares de 53 presos políticos detenidos en 2003.
En declaraciones a Afp, monseñor García confirmó que habían hablando con Castro de los presos políticos. Sobre la posible liberación de esas personas, sostuvo: «Creo que será un proceso y que un proceso debe comenzar con pasos pequeños, y que esos pasos se darán». El arzobispo desveló que la cita con Castro había durado más de cuatro horas.
La última vez que hubo un encuentro Iglesia-Estado de máximo nivel en Cuba fue hace cinco años. Entonces, Fidel Castro era todavía el presidente (se retiró oficialmente en 2008).
En una entrevista, en abril, para «Palabra Nueva», la revista de la archidiócesis, el cardenal Ortega afirmaba que la situación económica y la violación de derechos humanos había situado a Cuba «en una situación difícil», y criticaba a las autoridades civiles por ello.
El encuentro del miércoles, de Raúl Castro con los máximos representantes de la Iglesia, precede a la visita que realizará a la isla el secretario de Estado para la relación con los Estados, monseñor Dominique Mamberti, los próximos 16 y 20 de junio. Juan Pablo II estuvo en Cuba en 1998.
Raúl Castro no pasa por buenas horas. A la endémica penuria económica y social, se une la muerte (estaba en huelga de hambre), el 23 de febrero pasado, del disidente político Orlando Zapata Tamayo. Otro disidente, Guillermo Fariñas, está en el hospital desde marzo, también en huelga de hambre. Y las Damas de Blanco, en pie de guerra, pidiendo libertad.
Según Bruno Rodríguez, ministro de Exteriores cubano, las relaciones con la Iglesia atraviesan un momento «particularmente positivo».
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