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sábado, 13 de junio de 2009

la masiva participación del pueblo en el Corpus, está mostrando a los masistas que "la fe no se negocia" dice LT

En más de 60 años, los regímenes comunistas de Rusia y Europa Oriental no lograron dar fin con las prácticas religiosas, no obstante las feroces campañas en contra de ellas, incluyendo la quema de iglesias, asesinato de sacerdotes y persecución de creyentes.


En definitiva, el Estado ateo no pudo imponerse y los fieles encontraron la manera de expresar su fe, generalmente de manera clandestina y poniendo sus vidas en riesgo. Con el paso de los años, la represión fue suavizándose, pero no fue hasta la caída del Muro de Berlín cuando las libertades de culto fueron plenamente restablecidas.


La historia registra situaciones similares en distintos lugares y épocas, todas ellas con un mismo resultado: no es posible restringir la libertad y el derecho que tiene toda persona a formar parte del credo religioso que escoja y considere más afín a su bienestar espiritual. Más que un derecho, es una necesidad que siente el individuo para apoyarse en su desarrollo como persona, en un mundo de por sí complicado y materialista. De ahí la tendencia mayoritaria hacia un retorno al espiritualismo.


Resulta, por la tanto, incongruente la aparición de modelos “neo-comunistas” con claras convicciones anti-religiosas. El régimen masista boliviano, desde su asunción al poder, ha mostrado una fuerte animadversión hacia la Iglesia Católica, sin que medie motivo alguno y desconociendo la labor pastoral y educativa que ésta sostiene. Otro indicio es la decisión oficial de apartar a las Fuerzas Armadas de todas las festividades religiosas, una tradición que se mantenía prácticamente desde la fundación de la República.


Sin embargo, la masiva y militante, para usar un término del momento, participación de la ciudadanía en las celebraciones del Corpus Christie, en todo el país, ciudades y campo, demuestra cuán equivocados están los gobernantes masistas si es que pretenden alejar a los ciudadanos de su fe.

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