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lunes, 6 de agosto de 2007

Ha existido realmente Jesucristo?

Muchos ateos dudan de la existencia de Jesús, Nuestro Señor! Negar que haya existido según nos lo cuentan los evangelistas, es negar toda la grandeza de la religión cristiana de ahí, la necesidad de profundizar nuestra fe, pero también nuestros conocimientos para debatir ésta realidad. Periodista Digital en su Suplemento sobre Religión de los lunes, nos trae un muy interesante artículo que lo hemos dividido en dos partes, la primera viene a continuación recomendando su lectura:

Para completar la tesis de la ponencia anterior –la prueba casi irrefutable de la existencia histórica de Jesús por medio del análisis de los escritos cristianos-, la siguiente ponencia se concentró en el estudio y valoración de los posibles testigos no cristianos de la existencia de Jesús: los testimonios de Flavio Josefo, del Talmud; del filósofo estoico Mara bar Serapión, Tácito, Plinio el Joven, Suetonio, Luciano de Samosata.

Comenzó afirmando el Prof. Peláez que no es pertinente “hacerse ilusiones. No es mucho lo que podemos encontrar, pero, tal vez, lo suficiente como para probar la historicidad del personaje frente a aquellos que lo consideran un mito, hecho realidad, carente de existencia histórica”.

I En primer lugar abordó el estudio de los testimonios judíos:

A. Flavio Josefo (37–101 d.C)

1. El denominado “Testimonio Flaviano”: Antigüedades judías (18,63-64)

El texto de la primera, que llamaremos de ahora en adelante Testimonium Flavianum (en abreviatura TestFlav), se nos ha transmitido en distintas versiones: en griego, latín, árabe y eslavo antiguo. De ellas la más cercana al original es la griega. Dice así:

Por esta época vivió Jesús, un hombre sabio, si se le puede llamar hombre. Fue autor de obras sorprendentes y maestro de los hombres que acogen la verdad con placer y atrajo no solamente a muchos judíos, sino también a muchos griegos. Él era el Cristo. Y, aunque Pilato, instigado por las autoridades de nuestro pueblo, lo condenó a morir en cruz, sus anteriores adeptos no dejaron de quererlo. Al tercer día se les apareció vivo, como lo habían anunciado los profetas de Dios, así como habían anunciado estas y otras innumerables maravillas sobre él. Y hasta el día de hoy existe la estirpe de los cristianos, que se denomina así en referencia a él.

De este texto tenemos una versión árabe, la que Agapio, obispo árabe del siglo X, cita en su Historia universal cristiana. Su traducción al castellano es como sigue:

En este tiempo existió un hombre sabio de nombre Jesús. Su conducta era buena y era considerado virtuoso. Muchos judíos y gente de otras naciones se convirtieron en discípulos suyos. Los que se habían convertido en sus discípulos no lo abandonaron. Relataron que se les había aparecido tres días después de su crucifixión y que estaba vivo; según esto, fue quizá el Mesías del que los profetas habían contado maravillas.

En este texto no se encuentran algunas frases de la versión griega que, como veremos, los comentaristas consideran procedentes de una mano cristiana.

Una texto ampliado del TestFlav se nos ha transmitido en la versión eslava de la Guerra judía, traducción realizada en el siglo XI que contiene algunos pasajes que no figuran en el texto griego. Esta versión suele denominarse técnicamente Testimonium slavianum y se encuentra en manuscritos rusos y rumanos. El texto no aparece en las Antigüedades –como en el griego-, sino en la Guerra 2, 174 y 175 y es una versión muy desarrollada del TestFlav.

Dice así:

Entonces apareció un hombre, si es pertinente llamarlo así. Tanto su naturaleza como su forma eran humanas, pero su apariencia fue más que humana. Sus obras ciertamente eran divinas y realizó grandes y asombrosos prodigios. Por eso no puedo llamarlo hombre. Pero viendo su realidad física, tampoco (lo) llamaré ángel. Y todo lo que realizaba (lo) hacía por una fuerza invisible, mediante la palabra y el mandato. Unos decían de él que nuestro primer legislador había resucitado de la muerte Y obró muchas curaciones y prodigios. Otros creían que era un enviado de Dios. Se opuso en muchos puntos a la ley y no observaba el sábado según la costumbre de los antepasados; pero tampoco hacía nada vituperable ni delictivo, y lo realizó todo mediante la palabra. Muchos del pueblo lo siguieron y observaron sus enseñanzas, y muchas almas titubeantes llegaron a creer que las tribus judías se libraría así del yugo romano. Aquel hombre acostumbraba a detenerse delante de la ciudad, en el monte de los Olivos. También allí efectuó curaciones y se le reunieron ciento cincuenta discípulos y una multitud de gente. Viendo su poder, y que obraba con la palabra cuanto quería, le ordenaron que entrara en la ciudad, abatiera a los guerreros romanos y a Pilato y reinara sobre ellos. Pero él rehusó (lectura variante: él nos despreció). Y después, cuando fueron informados los dirigentes judíos, éstos se reunieron con el sumo sacerdote y dijeron: “somos impotentes y débiles para resistir a los romanos. Y como el arco está tenso, vamos a comunicar a Pilato lo que hemos oído y quedaremos tranquilos, no sea que, si se entera por otros, nos despoje de los bienes y ordene degollarnos y dispersar a los niños”. Fueron y lo comunicaron a Pilato. Éste envió tropas, hizo liquidar a muchos del pueblo y mandó llamar a aquel taumaturgo. Y cuando interrogó a los suyos, vio que él era un benefactor y no un malhechor, ni agitador ni aspirante al reinado, y lo dejó suelto. Y es que había curado a su esposa moribunda. Él marchó a su lugar habitual y realizó las obras de costumbre. Entonces se reunió de nuevo más pueblo a su alrededor, porque con sus actos brillaba más que todos. Los letrados se consumían de envidia y dieron treinta talentos a Pilato para que le quitara la vida. Después de ser arrestado encomendó a los suyos la realización de los proyectos. Y los letrados, apoderándose de él, lo crucificaron contraviniendo la ley de los antepasados.

El Prof. Peláez examinó brevemente este texto afirmando que era evidente su contenido parafrástico, de ampliación imaginativa, por lo que es considerada por todos una versión secundaria. Por ello prefirió ceñirse al “original” griego por ser más breve, cuyo texto hemos transcrito más arriba.

Tres hipótesis teórica barajan los comentaristas en el estudio de este texto:

1. Autenticidad total de él.
2. Interpolación total cristiana.
3. Autenticidad básica, pero con ciertos retoques interpolados.

El Prof. Peláez rechazó la primera por los añadidos evidentemente cristianos. Tampoco admitió la segunda porque el texto en su conjunto es muy del estilo de Josefo y porque encaja bastante bien con su tesis de presentar a sus lectores las consecuencias de la peripecia vital de diversos personajes mesiánicos que condujeron a la revolución contra Roma del 66-77 d.C. Por tanto se inclinó -con una buena parte de los intérpretes hoy- por la tercera.

Los elementos rechazados, como claramente cristianos, son los siguientes:

• “Vivió Jesús, un hombre sabio, si se le puede llamar hombre”.
• “Era el Cristo”.
• “Al tercer día se les apareció vivo, como lo habían anunciado los profetas de Dios, así como habían anunciado estas y otras innumerables maravillas sobre él”.

Si eliminamos estas frases el texto quedaría así:

Por esta época vivió Jesús, un hombre sabio Fue autor de obras sorprendentes y maestro de los hombres que acogen la verdad con placer y atrajo no sola mente a muchos judíos, sino también a muchos griegos. Y, aunque Pilato, instigado por las autoridades de nuestro pueblo, lo condenó a morir en cruz, sus anteriores adeptos no dejaron de quererlo. Y hasta el día de hoy existe la estirpe de los cristianos, que se denomina así en referencia a él.

El texto, así reconstruido, sin algunas de estas frases, coincide básicamente con la versión árabe del TestFlav de Agapio, obispo árabe del siglo X, que hemos transcrito más arriba, texto que no menciona ninguno de los elementos sospechosos de interpolación cristiana.

Por tanto la traducción al castellano del Testimonio Flaviano expurgado de glosas sería así:

En este tiempo existió un hombre sabio de nombre Jesús. Su conducta era buena y era considerado virtuoso. Muchos judíos y gente de otras naciones se convirtieron en discípulos suyos. Los que se habían convertido en sus discípulos no lo abandonaron. Relataron que se les había aparecido tres días después de su crucifixión y que estaba vivo; según esto, fue quizá el Mesías del que los profetas habían contado maravillas.

La teología que transmite este texto es claramente deficitaria para un cristiano, mientras que puede considerarse razonable para un judío que no sea abiertamente hostil a Jesús. Argumentos a favor de la autenticidad son las siguientes:
- El estudio del léxico de este texto expurgado se muestra básicamente como procedente de Flavio Josefo.
- El pasaje sobre Santiago, que aparece en Antigüedades (20, 200) y que comentaremos a continuación, presupone una mención anterior de Jesús, pues a éste se le da ya por conocido como “Cristo”. Dado que este texto es considerado por la generalidad de los autores como auténtico, no es de extrañar que cierta referencia previa sobre Jesús provenga también de la mano de Flavio Josefo.

2. Santiago, el hermano de Jesús

La segunda noticia indirecta sobre Jesús que aporta Flavio Josefo menciona el proceso, condena y lapidación de Santiago, hermano de Jesús, y otros por transgredir la ley (Antigüedades 20,200). Dice así:

5 comentarios:

  1. El ambiente que envuelve a la humanidad en esta carrera hacia el absurdo, donde es prácticamente demonizado todo aquello intente conservar los valores tradicionales ancestrales, ha conseguido perder hasta su misma historia, y, por tanto, la de un individuo puesto en tela de juicio, poco importa.
    Tanto su historia, como el contenido de las escrituras, son hechos reales, mal interpretados, conscientemente o no, que mantiene desconcertados a estudiosos y eruditos, porque, el gazpacho histórico, es demencial, y así nos va.
    Os invito a dar una vuelta por la página que he abierto, que os ayudará a desvelar muchos enigmas que mantienen el gallinero científico sin luces ni visos de clarear.
    Tienes los escenarios bíblicos en pantalla, con su Paraíso perdido y su historia asociada, y el satélite lo confirma.
    www.lascosasdechurruca.com, pone patas arriba a la historia que manejamos, con pruebas y argumentos de primera mano.
    Espero os sirva en la espera.
    Un saludo. Vidal.

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  2. realmente creo que quien no tiene fe no tiene nada es un ser sin rumbo y la unica direccion correcta es cristo quien no cree en cristo no tiene vida

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  3. la vida es grande si solo se vive en cristo el es nuestra unica razon por la que existimos es una manera de que el expreso su amor por todos la invitacion es a creer en el

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  4. Claro que sólo una persona burra ceería en esto, está claro por la grafotécnica que este texto es completamente una adicción al libro de Josefo por los apologistas cristianos.

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  5. Ya no basta las pocas y falsificadas mensiones históricas de este fantasma que solamente Pablo de Tarso vio en sus ilusuones para probarlo como un mito? Pablo de Tarso fue el primero que relató este dios llamado Jesus, esto mismo, Pablo relata Jesus no como un hombre, sino como una entidad que en la esfera celeste fue crucificado, purificó el mundo del pecado y resucitó al tercer día, así como varios otros dioses en la historia de la humanida, además de esto omite completamente los personajes bíblicos con exceción de Tiago, que llama hermano (una forma de tratamento usado por los cristianos) del señor, mostrando que éste hacía parte de una hermandad cristiana, pero no era hemano de Jesús, sino del señor. Además, los textos sinóticos fueron escritos en el fin del siglo I y mediados del siglo II, mostrando que tales historias son mera ficción además de aposarse de las palabras de Pablo y de contradecirse. Jesús también tiene muchos paralelismo con varios otros dioses. (para quienes quieran saber más, se bajen el libro The Christ Conspiracy de www.4shared.com ahí tendrán argumentos suficientes para descubrir la gran historia ya vendida.

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