El arzobispo de Cochabamba, monseñor Tito Solari, recibió una distinción de la Asamblea permanente de Derechos Humanos de Cochabamba (APDH), en el 63 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Junto a Solari, otras seis desatacadas personalidades que promueven la defensa de los Derechos Humanos en Cochabamba fueron distinguidas por su aporte a la sociedad.
El coordinador de Franciscans International en Bolivia, Ignacio Harding fue uno de los homenajeados, junto al cofundador de la APDH, el sacerdote jesuita Jaime Bartoli.
También se reconoció a Humberto Ortiz Pozo, a la profesora Isabel Mena, a Guido Claros y al presidente de la subcentral del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) Fernando Vargas, quien no pudo llegar.
La distinción fue para personas que trabajaron no sólo en la defensa, sino también por la promoción de los derechos humanos. Los homenajeados coincidieron en señalar que se busca preparar e informar mejor a la población en todos los niveles para que la vigencia de los derechos humanos sea diaria.
Respecto a las quejas de que la Asamblea Permanente de Derechos Humanos atiende principalmente a pobres y no a los ricos, Harding dijo que eso se explica porque los ricos tienen abogados y pueden acceder a todos los espacios para su defensa. Por eso la APDH está para proteger los derechos de los más débiles, de los que no tienen a nadie.
El acto de reconocimiento se cumplió el viernes 9, en el salón Augusto Guzmán de la Casa de la Cultura, con la asistencia de los expresidentes de la Asamblea, entre ellos Gustavo Loza.
La presidenta de la APDH, Rose Mary Irusta de Bellot, destacó el compromiso y trabajo desempeñado en la promoción, defensa y vigencia de los derechos humanos de las personalidades reconocidas.
Además de ese acto, se celebró una misa en la Catedral y el sábado hubo una feria en la que se presentaron las diferentes instituciones comprometidas con los derechos humanos, a las que se sumó el Defensor del Pueblo.
Harding explicó que los franciscanos luchan por proteger el Planeta, por la erradicación de la pobreza, la promoción para los derechos humanos y el financiamiento para el desarrollo.
El lema es dar espacio para la voz de los pobres en instancias internacionales. “No ser la voz de los pobres, sino hacer que ellos tengan su voz en todas las instancias internacionales de Derechos Humanos, especialmente en el alto Comisionado de Derechos Humanos en Bolivia y en la sede de Naciones Unidas”, señaló Harding.
Los franciscanos auspiciaron un taller para difundir el papel de las instituciones defensoras de los Derechos Humanos. (OPINION. edición digital)
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