Don Bosco me llevó de la mano a casa de María Auxiliadora allí juntos los tres aprendimos a amar a Jesús nuestro Dulce Redentor. Por ello cómo no recordar al Santo de la Juventud y su himno que siempre permanece a flor de labios "Don Bosco con glorias del cielo te alza el mundo lohores. Jardines y selvas dan flores, que adornan tu níveo altar. Sonrientes miramos al mundo y lanzas el grito de altura, el grito sagrado de amor: Dadme almas y lleváos lo demás"
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