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jueves, 24 de abril de 2008

en desagravio a las múltiples ofensas que recibe el cardenal Julio se ha difundido el siguiente artículo:

Que tristeza por la semana pasada, cuando el lodo maloliente del insulto, de la mentira, de la manipulación, de la demagogia ha salpicado al Presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana; se ha querido manchar a nuestro Cardenal Boliviano y casi nadie o muy pocos han hecho sentir el apoyo fraterno a un pastor que – en un panorama boliviano desolador – todavía sabe dar palabras de esperanza, y llevar una Buena Noticia a los pobres, devolviendo la dignidad de ser Hijos de Dios a tantos olvidados y excluidos.La guerra de la desinformación continúa en Bolivia cuando periódicos, agencias de información, publicaciones, spots publicitarios... se han convertido en instrumentos proselitistas y escuelas públicas de la ideologización que vive el país. Publicaciones de lenguaje irreverente suelen encontrar espacio en esos medios, mientras se adecuen a la ideología o al precio de éstos.En este trajín de demagogia chabacana se ha querido manchar a uno de los venerables profetas de la Iglesia Latinoamericana; con cartas abiertas, artículos, declaraciones victimistas y sortilegios verbales que extravían a las masas hipnotizadas por el poder y la soberbia pseudo-intelectual.Siempre se ha sabido que se quiere manipular a la jerarquía eclesiástica, con el pretexto de mediar y apagar los incendios sociales de Bolivia, provocados por una mala gestión;. porque los responsables de la Iglesia Católica no pueden decir que no a su misión y deber de anunciar y propagar la paz, la justicia y la verdad.No es novedad que se quiera llevar la confrontación al interior del Pueblo de Dios, e inventar razones para mostrar falsamente “cristianos de arriba” y “cristianos de abajo”, de “izquierda” o de “derecha”. Los sacerdotes trabajadores están muy ocupados para perder el tiempo demostrando que sí hay una Iglesia de Base y que es la misma que está un poco o más arriba, a la izquierda o a la derecha, pues existen diferentes carismas pero una sola fe. Que luego, alguna cabra loca quiera usar términos como jerarcas, padres del pueblo, buenos y malos curas… es sólo fruto del chavismo sometedor.Unas cuantas ideas y declaraciones, en manos de poderosos instrumentos de información pueden ser peligrosas para determinar la realidad, para crear – ante los ojos atónitos de la Opinión Pública – situaciones que nunca existieron; pero no olvidemos que esos mismo instrumentos pueden tapar la verdad que puede ser incómoda. Todo para distraer, con cortinas de humo, la mirada a los problemas de fondo de la sociedad.Más peligroso puede ser el silencio de los católicos y católicas de Bolivia, que cuando ven que el lobo, o el zorro se acerca; con un falso pretexto de humildad permanecen en silencio ante la mentira, ante el insulto, ante la demagogia y la injusticia en general. Ser humilde y saber dar la otra mejilla, no significa ser cómplice de mentira.Situaciones como la que vive nuestro país, requieren del testimonio cristiano cuya libertad está en la Verdad, testimonio que Cristo vino a traer un fuego abrasador que purifica la mediocridad, el rencor racial, el revanchismo y el ansia de poder. Si Cristo no vino a acomodarse ante los poderosos de turno, ni se dejó manipular según la situación, ¿porqué tendrían que hacerlo nuestros pastores, o los católicos en general? Anunciar la verdad y denunciar la mentira, revuelve la aparente calma de nuestra sociedad, y no es con el silencio, ni con la omisión que se cumplirá la misión de los católicos y católicas de Bolivia.Este es un tiempo de purificación no sólo para Bolivia, sino también para la Iglesia Boliviana; y tendremos que saber vivir este momento histórico con dignidad.

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