El papa Francisco emocionó a los imperturbables miembros del Congreso de los EEUU; les expuso, con un lenguaje fraterno asaz penetrante y una semántica simple pero interrogativa en su intelección, y en su idioma, los principales problemas sin solución actual de la humanidad.
Relevante su tono de preocupación por la imparable fabricación de armas y su inmoral comercialización, sin considerar la naturaleza de la mismas que es cegar vidas humanas. Se refirió al ominoso problema de los refugiados, un fenómeno que lastima a la humanidad, cuya causa es precisamente la venta y la entrega de armas por transnacionales y gobiernos comprometidos. Ahora cuando el desastre irrumpió y es casi incontenible, solo queda la constante de la solidaridad. Hizo una analogía pertinente de los refugiados con Jesús, quien fue el primero en conocer y sentir en propia carne lo que es no tener casa, por ello acentuó la necesidad de una mejor distribución de la riqueza, la preservación de la naturaleza y el medio ambiente y sobre todo la conservación de la familia.
El Papa habló en inglés con toque latinoamericano e inequívoca fuerza de penetración en los espíritus sensibles, causó impacto porque aún con la dificultad natural que representa expresarse en un idioma que no es el suyo pudo, con frases y palabras seleccionadas, generar la inmediata reflexión en los congresales. Produjo emotividad, la genuina, sin cursilería, aquella que hace pensar y realizar de inmediato un examen de conciencia, por el cual cada persona repasa en segundos sus actos.
El Papa tuvo en el Congreso norteamericano la iluminación de introducirse, con su peculiar modo de expresión, al cual le asigna, cuando necesita, hipérboles y epímones. Solo un hombre elegido por Dios puede producir la recepción cristalina de su mensaje en los espíritus, que al oír palabras significativas con profundo contenido se despojan del egoísmo y dogmatismo políticos, religiosos y mercantiles.
Debe considerarse que el Papa se dirigía a la totalidad congresal de la primera potencia económica y política del mundo, en el cual es una impronta la prevalencia de los intereses personales, comerciales y hasta religiosos que sobrepujan al sentimiento de solidaridad inclusión e igualdad, además del cuidado de la población, tal lo prescribían los sabios de las polis griegas. Recordó que el fundamental deber de un congresal es la satisfacción de las necesidades de la población, además de los espirituales.
La oración, dijo, es uno de los medios mas efectivos que disponemos los humanos, porque todos decimos Padre y, cuando decimos Padre, nos encontramos como humanos, debido a que en la oración no hay clases, no hay hijos del Padre de primera o de segunda clase, en la oración nos encontramos con Dios… “y por favor no se olviden de rezar por mí”.
Nada sucede sin la venia del Señor. Todo encaja en su Divina Providencia, por lo que abandonarse en sus brazos y repetir la oración de cada dia "Hágase tu Voluntad..." es la forma más sabia y más humana de aceptar la vida con sus grandezas y sus miserias.
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