Santa Cruz. Hoy, desde de las 8:00, el cardenal Julio Terrazas, que cumplirá 73 años en marzo próximo, será sometido a una complicada y riesgosa cirugía del corazón, que durará entre cuatro y seis horas. La operación se llevará a cabo en la clínica Incor, de la capital.
Ayer, luego de que una junta médica determinara que el estado de salud del religioso requiere una pronta operación, el cardenal Terrazas decidió ingresar a quirófano, después de decidir con otros miembros jerárquicos de la Iglesia católica.
Líders Mercado, su médico de cabecera desde hace más de 20 años, explicó que debido al ‘cuadro crítico’ en que se encuentra el prelado, la cirugía debe realizarse lo antes posible. Por ello, ayer el religioso entró en una rápida etapa de evaluación prequirúrgica para garantizar su ingreso en la sala de operaciones en las mejores condiciones posibles. Se le hizo un análisis de dengue y se descartó que este sídrome pueda provocar complicaciones en la intervención. Asimismo, se le hizo un control de glucemia, pues tiene diabetes. Su médico asegura también que la hipertensión que sufre el paciente está controlada.
Mercado aclaró que el cardenal es portador de una coronariopatía, que ya lo llevó a quirófano en 1992, cuando fue intervenido en San Pablo (Brasil). Desde entonces han pasado 17 años.
Para el galeno, aquella operación garantizaba una vida saludable de 10 años más; sin embargo, resulta un ‘suceso importante’ que el paciente haya vivido sin mayor problema por más tiempo del previsto. La edad avanzada, la diabetes y la hipertensión arterial son factores desfavorables para la salud del religioso, pues, de acuerdo con su médico, contribuyeron a que ésta decaiga.
Según el médico, el religioso empezó a sentirse mal desde el viernes y al mediodía de este domingo fue internado en la unidad de terapia intensiva de la clínica Incor, luego de haber sufrido un fuerte dolor de pecho y tenido mucha dificultad para respirar. Se le diagnosticó insuficiencia cardiaca aguda de tercer grado.
El veredicto de la junta médica señala que si no es sometido oportunamente, en cualquier momento puede ser víctima de un infarto.
Ayer, los médicos y las autoridades eclesiásticas no permitieron el ingreso de la prensa a la sala donde se encuentra el cardenal. Fue sometido a varios exámenes durante la mañana y durante el día estuvo descansando bajo el efecto de sedantes. En la clínica se pudo ver movimiento de miembros de la Iglesia que se juntaron con el cardenal por la tarde para acompañarlo en su decisión. Afuera, había personas rezando por él.
A las 11:00 de hoy habrá una misa por su salud, en la parroquia María Auxiliadora.
El estrés fue un desencadenante
Aunque ni el médico Líders Mercado, ni el obispo auxiliar Braulio Sáez lo quisieron admitir directamente, no descartaron al estrés como otro de los factores fundamentales para el deterioro de la salud de la más importante autoridad católica en el país.
Es de conocimiento público que la última temporada el cardenal fue víctima de constantes ataques de parte del Gobierno y particularmente del presidente Evo Morales.
“Evidentemente el cardenal ha sufrido mucho en este último tiempo, por la persecución a su persona y a la Iglesia católica; pero, aparte de eso, ha tenido muchas actividades, ha estado viajando a Roma, a distintos lugares, entonces todo ese estrés afecta al corazón, no sólo la parte emocional sino la parte física”, dijo monseñor Sáez.
Sobre la operación
- Cirugía. Se trata de una intervención a ‘cielo abierto’ en la que los médicos cortarán el esternón para ingresar al centro del tórax donde se encuentra el corazón. Es una cirugía de revascularización del miocardio con puente de safenas. Esto quiere decir que el cardenal tiene dos arterias coronarias obstruidas y para evitar que se produzca un infarto, los médicos colocarán dos ‘puentes’ utilizando una vena extraída de su pierna, que permitirá un mejor flujo sanguíneo.
- Tiempo. Se prevé que la operación durará entre cuatro y seis horas y en ella intervendrá un equipo de cardiólogos, especialistas de terapia intensiva y un grupo paramédico.
Donación. El cardenal recibió la donación de seis litros de sangre para el momento de la intervención.
Ayer, luego de que una junta médica determinara que el estado de salud del religioso requiere una pronta operación, el cardenal Terrazas decidió ingresar a quirófano, después de decidir con otros miembros jerárquicos de la Iglesia católica.
Líders Mercado, su médico de cabecera desde hace más de 20 años, explicó que debido al ‘cuadro crítico’ en que se encuentra el prelado, la cirugía debe realizarse lo antes posible. Por ello, ayer el religioso entró en una rápida etapa de evaluación prequirúrgica para garantizar su ingreso en la sala de operaciones en las mejores condiciones posibles. Se le hizo un análisis de dengue y se descartó que este sídrome pueda provocar complicaciones en la intervención. Asimismo, se le hizo un control de glucemia, pues tiene diabetes. Su médico asegura también que la hipertensión que sufre el paciente está controlada.
Mercado aclaró que el cardenal es portador de una coronariopatía, que ya lo llevó a quirófano en 1992, cuando fue intervenido en San Pablo (Brasil). Desde entonces han pasado 17 años.
Para el galeno, aquella operación garantizaba una vida saludable de 10 años más; sin embargo, resulta un ‘suceso importante’ que el paciente haya vivido sin mayor problema por más tiempo del previsto. La edad avanzada, la diabetes y la hipertensión arterial son factores desfavorables para la salud del religioso, pues, de acuerdo con su médico, contribuyeron a que ésta decaiga.
Según el médico, el religioso empezó a sentirse mal desde el viernes y al mediodía de este domingo fue internado en la unidad de terapia intensiva de la clínica Incor, luego de haber sufrido un fuerte dolor de pecho y tenido mucha dificultad para respirar. Se le diagnosticó insuficiencia cardiaca aguda de tercer grado.
El veredicto de la junta médica señala que si no es sometido oportunamente, en cualquier momento puede ser víctima de un infarto.
Ayer, los médicos y las autoridades eclesiásticas no permitieron el ingreso de la prensa a la sala donde se encuentra el cardenal. Fue sometido a varios exámenes durante la mañana y durante el día estuvo descansando bajo el efecto de sedantes. En la clínica se pudo ver movimiento de miembros de la Iglesia que se juntaron con el cardenal por la tarde para acompañarlo en su decisión. Afuera, había personas rezando por él.
A las 11:00 de hoy habrá una misa por su salud, en la parroquia María Auxiliadora.
El estrés fue un desencadenante
Aunque ni el médico Líders Mercado, ni el obispo auxiliar Braulio Sáez lo quisieron admitir directamente, no descartaron al estrés como otro de los factores fundamentales para el deterioro de la salud de la más importante autoridad católica en el país.
Es de conocimiento público que la última temporada el cardenal fue víctima de constantes ataques de parte del Gobierno y particularmente del presidente Evo Morales.
“Evidentemente el cardenal ha sufrido mucho en este último tiempo, por la persecución a su persona y a la Iglesia católica; pero, aparte de eso, ha tenido muchas actividades, ha estado viajando a Roma, a distintos lugares, entonces todo ese estrés afecta al corazón, no sólo la parte emocional sino la parte física”, dijo monseñor Sáez.
Sobre la operación
- Cirugía. Se trata de una intervención a ‘cielo abierto’ en la que los médicos cortarán el esternón para ingresar al centro del tórax donde se encuentra el corazón. Es una cirugía de revascularización del miocardio con puente de safenas. Esto quiere decir que el cardenal tiene dos arterias coronarias obstruidas y para evitar que se produzca un infarto, los médicos colocarán dos ‘puentes’ utilizando una vena extraída de su pierna, que permitirá un mejor flujo sanguíneo.
- Tiempo. Se prevé que la operación durará entre cuatro y seis horas y en ella intervendrá un equipo de cardiólogos, especialistas de terapia intensiva y un grupo paramédico.
Donación. El cardenal recibió la donación de seis litros de sangre para el momento de la intervención.
Seria interesante comparar, la operacion de dos personajes bolivianos, nuestro Cardenal y el Presidente. Uno con el apoyo en oración y la fe de miles, sino de decenas de miles de oraciones, el otro en la clandestinidad, sin que nadie ore por el y ni siquiera la compañía de alguien que lo estime (de verdad, no de conveniencia). Uno con toda la gente informada de su enfermedad, su operación, su recuperación; el otro oculto de toda noticia.
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