Nicolás Castellanos: “Hemos mostrado al mundo otra realidad”
Los 25 años de su trabajo en Bolivia fueron la excusa para llevar al Ensamble Hombres Nuevos hasta el Vaticano para hacerse escuchar con el papa.
Aún reponiéndose del cansancio por las horas de vuelo desde Italia hasta Bolivia, el monseñor Nicolás Castellanos atiende esta entrevista de EL DEBER en la sede de la Fundación Hombres Nuevos, en el Plan 3.000. Con mucha alegría por el éxito de las presentaciones, y, sobre todo, porque la gente que vio los recitales se dio cuenta de que en este país hay una riqueza cultural como en cualquier país del Viejo Mundo.
_ ¿Cómo se sintió al ver a la orquesta tocando para el papa Francisco, ante tanta gente?
Aquí todo el secreto está en nuestro embajador (de Bolivia en el Vaticano) Julio César Caballero. Él es el que efectivamente se ha movido y lo que hemos conseguido en Roma de presentaciones, de ir a sitios a los que no se suele ir, ha sido obra de su buen hacer. Ciertamente, sin la colaboración, sin la presencia de él en la Santa Sede, no hubiéramos llegado a tener esos contactos tan personales, tan intensos y extensos, tanto con el papa Francisco como con los organismos oficiales del Vaticano.
_ Este fue un viaje que se realizó para celebrar los 25 años que usted lleva en Bolivia ¿Cómo se sintió poder festejarlo de esta manera, con uno de los proyectos de su fundación tocando en el Vaticano?
Mira, Julio César Caballero tenía sumo interés en que se conociera en el Vaticano el proyecto Hombres Nuevos. Es un gran admirador, él valora mucho lo que estamos haciendo en beneficio de los pobres en Bolivia, y desde que lo nombraron embajador allá, su sueño era este y se ha podido realizar plenamente y ha sido la satisfacción más grande. Para mí es el pórtico solemne, glorioso de los 25 años de la Fundación Hombres Nuevos.
_ Usted comentó en una anterior entrevista que era importante que los chicos hagan este viaje porque la gente se daría cuenta de que hay la misma calidad de músicos que en otros países...
Efectivamente. Para mí, se ha conseguido un objetivo muy importante, el de mostrar al mundo, y desde Roma, esta otra realidad. Ayer viniendo en el avión estaba un franciscano que había sido un misionero en la Chiquitania, y ahora vive en Austria, y estaba muy emocionado porque allá había visto y admirado la técnica a la perfección de nuestra orquesta. Entonces, hemos gustado al mundo, este rico patrimonio, de la cultura, de la música que tenemos en Bolivia; y en segundo lugar, nuestros componentes de la orquesta han demostrado que tienen la calidad de cualquier profesional de Europa. Les cuento una anécdota: la vocera del Vaticano, Paloma García, asistió al primer concierto y me dice: “Nicolás, yo venía convencida de que iba a ser una bonita expresión folclórica, exótica, algo que llame la atención, pero me he dado cuenta de que esta orquesta tiene la misma altura que cualquier orquesta que pasa por el Vaticano”.
_ ¿Y cómo vivieron los integrantes del ensamble esta experiencia? ¿Cómo fue para ellos tocar allá?
Los chicos están encantados, fabulosos, decían que en su vida habían soñado con semejante cosa, lo que yo te diga de los niños es poco. Por otra parte ellos han actuado con mucha responsabilidad, con mucha técnica, con mucha profesionalidad. Los cuatro conciertos estuvieron llenos de gente admirada por la calidad ofrecida en cada interpretación.
Por eso digo que los bolivianos debemos mejorar la autoestima. Valemos, somos importantes, y si nos lo proponemos, lo conseguimos siempre
Aún reponiéndose del cansancio por las horas de vuelo desde Italia hasta Bolivia, el monseñor Nicolás Castellanos atiende esta entrevista de EL DEBER en la sede de la Fundación Hombres Nuevos, en el Plan 3.000. Con mucha alegría por el éxito de las presentaciones, y, sobre todo, porque la gente que vio los recitales se dio cuenta de que en este país hay una riqueza cultural como en cualquier país del Viejo Mundo.
_ ¿Cómo se sintió al ver a la orquesta tocando para el papa Francisco, ante tanta gente?
Aquí todo el secreto está en nuestro embajador (de Bolivia en el Vaticano) Julio César Caballero. Él es el que efectivamente se ha movido y lo que hemos conseguido en Roma de presentaciones, de ir a sitios a los que no se suele ir, ha sido obra de su buen hacer. Ciertamente, sin la colaboración, sin la presencia de él en la Santa Sede, no hubiéramos llegado a tener esos contactos tan personales, tan intensos y extensos, tanto con el papa Francisco como con los organismos oficiales del Vaticano.
_ Este fue un viaje que se realizó para celebrar los 25 años que usted lleva en Bolivia ¿Cómo se sintió poder festejarlo de esta manera, con uno de los proyectos de su fundación tocando en el Vaticano?
Mira, Julio César Caballero tenía sumo interés en que se conociera en el Vaticano el proyecto Hombres Nuevos. Es un gran admirador, él valora mucho lo que estamos haciendo en beneficio de los pobres en Bolivia, y desde que lo nombraron embajador allá, su sueño era este y se ha podido realizar plenamente y ha sido la satisfacción más grande. Para mí es el pórtico solemne, glorioso de los 25 años de la Fundación Hombres Nuevos.
_ Usted comentó en una anterior entrevista que era importante que los chicos hagan este viaje porque la gente se daría cuenta de que hay la misma calidad de músicos que en otros países...
Efectivamente. Para mí, se ha conseguido un objetivo muy importante, el de mostrar al mundo, y desde Roma, esta otra realidad. Ayer viniendo en el avión estaba un franciscano que había sido un misionero en la Chiquitania, y ahora vive en Austria, y estaba muy emocionado porque allá había visto y admirado la técnica a la perfección de nuestra orquesta. Entonces, hemos gustado al mundo, este rico patrimonio, de la cultura, de la música que tenemos en Bolivia; y en segundo lugar, nuestros componentes de la orquesta han demostrado que tienen la calidad de cualquier profesional de Europa. Les cuento una anécdota: la vocera del Vaticano, Paloma García, asistió al primer concierto y me dice: “Nicolás, yo venía convencida de que iba a ser una bonita expresión folclórica, exótica, algo que llame la atención, pero me he dado cuenta de que esta orquesta tiene la misma altura que cualquier orquesta que pasa por el Vaticano”.
_ ¿Y cómo vivieron los integrantes del ensamble esta experiencia? ¿Cómo fue para ellos tocar allá?
Los chicos están encantados, fabulosos, decían que en su vida habían soñado con semejante cosa, lo que yo te diga de los niños es poco. Por otra parte ellos han actuado con mucha responsabilidad, con mucha técnica, con mucha profesionalidad. Los cuatro conciertos estuvieron llenos de gente admirada por la calidad ofrecida en cada interpretación.
Por eso digo que los bolivianos debemos mejorar la autoestima. Valemos, somos importantes, y si nos lo proponemos, lo conseguimos siempre
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