salesianos a punto de abandonar obra social en SC |
"Los buenos” contra “los malos”. Esa guerra desatada contra todo lo que suene a disidencia u oposición y que ha logrado adormecer, por la vía del temor, al conjunto de la sociedad boliviana, comienza a hilar fino. Hemos estado presenciando durante estos seis años el acoso y la persecución de líderes políticos, dirigentes cívicos y autoridades electas por el voto popular, a las que se rodeó de calumnias, estereotipos y acusaciones sin fundamento. Muchas de ellas han tenido que abandonar el país, otras están en la cárcel y la mayoría de ellas cargan sobre sus espaldas un rosario de procesos judiciales guiados por jueces y fiscales aliados del régimen y carentes de escrúpulos. Se ha logrado el objetivo. Casi todas están inhabilitadas para participar formalmente en la política y postularse para algún cargo electivo.
Ahora es el turno de los otros “malos”, aquellos que no están en la política pero que resultan incómodos para consolidar la última etapa de dominación cultural en el país. Acaba de publicarse la noticia de que una comunidad religiosa que lleva casi un siglo de trayectoria en la educación del país, se ha visto obligada a abandonar la administración de un colegio en la ciudad de Tarija, ante el constante acoso del que ha sido blanco, por parte de las autoridades educativas, que no respetan el convenio entre el Estado y la Iglesia Católica y constantemente incurren en abusos y violación de la Constitución Política del Estado, que establece el respeto a los establecimientos bajo administración de entidades religiosas.
En Montero, los religiosos salesianos, que llevan décadas aportando a la comunidad en diversas áreas, sobre todo en la educación, han advertido con abandonar la inmensa obra que llevan adelante, después de años de peregrinar porque se respeten las leyes y los fallos judiciales. Los predios de la escuela Muyurina, uno de los baluartes del desarrollo agropecuario del norte cruceño, ha sido loteada por grupos de activistas allegados al régimen gobernante y se niegan a abandonar un terreno de 46 hectáreas, pese a que existe una orden de los tribunales a favor de la entidad formativa. Las autoridades gubernamentales actúan con abierta complacencia hacia los loteadores y para colmo, la Justicia cooptada por los niveles políticos le da paso a un proceso en contra de uno de los sacerdotes de la comunidad salesiana, quien ha sido llevado como acusado ante la Fiscalía del Distrito.
Se ha conocido que numerosas comunidades religiosas del norte de Santa Cruz han adoptado ya el mismo camino de las monjas de Tarija y han decidido abandonar valiosos proyectos a favor de la educación, la niñez y los grupos desamparados. En La Guardia, donde acaba de ser derrocado el mejor alcalde de Bolivia, por acciones netamente políticas digitadas desde estamentos oficialistas, varios programas no solo de la Iglesia Católica, como el de la Fundación Hombres Nuevos, sino también de la comunidad mormona y otros pertenecientes a organizaciones no gubernamentales, han tenido que frenarse ante la inseguridad que ocasiona este acoso. Hemos visto cómo el director del colegio Nacional Florida se vio obligado a renunciar por presiones, pese a la enorme trayectoria y los excelentes resultados que había logrado en ese establecimiento.
Es obvio que el Estado, que tiene graves dificultades para hacerse cargo de la salud y la educación del país, no podrá continuar con las obras que hoy está entorpeciendo con fines absolutamente ruines. Será la población, especialmente la niñez y la juventud de los sectores más empobrecidos la más perjudicada con esta guerra sin cuartel que impulsan “los buenos”.
En Montero, los religiosos salesianos, que llevan décadas aportando a la comunidad en diversas áreas, sobre todo en la educación, han advertido con abandonar la inmensa obra que llevan adelante, después de años de peregrinar porque se respeten las leyes y los fallos judiciales. Los predios de la escuela Muyurina, uno de los baluartes del desarrollo agropecuario del norte cruceño, ha sido loteada por grupos de activistas allegados al régimen gobernante.
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