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domingo, 6 de septiembre de 2009

"no hay nada escondido que no deba saberse...decidlo en pleno día...pregonadlo desde la azotea" el periodista católico debe dar testimonio de su fe...

Católicos con presencia pública en los medios

Permalink 05.09.09 @ 12:24:07. Archivado en Sociedad

En este mundo globalizado donde se entabla relación con gente desconocida de modo virtual, hay un serio peligro de alineación personal . Podemos quedar colgados de la pantalla enganchados a una ficción. Lo que vemos en la televisión cobra visos de realidad, pero es tan sólo una imagen engrandecida, proyectada, que no se corresponde de manera ecuánime con los hechos. Hay miles de historias personales que no tienen ese minuto de relevancia social. De la misma manera lo que sale en la red, sin ser contrastado, puede dar el pego como verídico, siendo en realidad pura quimera.

Sin embargo, hoy estar en la red o en la televisión es para muchos tan vital, que olvidan ese pequeño aprendizaje social que son las relaciones de vecinos, ignorando su realidad próxima. Ese es el peligro, quedar alienados por el mundo virtual que nos es dosificado convenientemente por los estrategas de la opinión pública. La verdad es que asusta mucho ese porvenir que cada día cobra visos de convertirse en nuestra realidad cotidiana. Vivir conectados se ha convertido en una necesidad para los occidentales, una necesidad generada convenientemente para que sea rentable. De esa manera la economía se está transformando, valga la comparación, en un animal voraz dispuesto como un depredador a esquilmar los bienes que pertenecen al patrimonio de la toda la humanidad en beneficio de unos pocos.

Las experiencias a lo largo de estos años de permanencia en la red son positivas cuando se refieren a personas que aportan su conocimiento y lo ponen a disposición de los demás; pero también es desastroso el desprestigio de muchas profesiones que las nuevas tecnologías están revolucionando. Vivimos por tanto una nueva revolución tecnológica que está modificando a ritmo vertiginoso la sociedad. Si en la Edad Media los gremios funcionaron aglutinando profesiones por zonas; la red se está encargando de clasificar a cada persona por afinidades profesionales y personales.

Parece que las palabras de Jesús se cumplen:

“Nada hay cubierto que no deba descubrirse, ni nada escondido que no deba saberse; lo que os digo de noche, decidlo en pleno día, y lo que escucháis al oído, pregonadlo desde la azotea”. Mateo 10, 26.

“En conclusión: Por todo el que se pronuncie por mí ante los hombres, me pronunciaré también yo ante mi Padre del cielo; pero al que me niegue ante los hombres, lo negaré yo a mi vez ante mi Padre del cielo.”. Mateo 10, 32

Bien, pues sería recomendable leer y meditar profundamente a Mateo 10, porque hoy es posible confesar de modo universal la fe heredada y proclamada cada domingo. De una manera tan evidente que nadie puede dar marcha atrás, salvo renegando de ella. Aquí conviene estar muy atentos, porque en tiempos de tribulación unos estarán marcados y otros permanecerán indiferentes.

El progresivo aumento de portales digitales de temática religiosa manifiesta que la sed de Dios está presente en la sociedad. No he realizado un estudio profundo, pero al menos podemos asegurar que los periódicos digitales más señeros como EL País, La Razón, ABC, etc., no tiene ninguno una sección específica para la religión; siendo Periodista Digital el único medio en la red que conozco con un apartado específico de religión, que incrementó en poco tiempo la colaboración de numerosos blogs. Algunos de los cuáles migraron hacia otras plataformas.

Otros no han querido estar ligados a ninguna cabecera y realizan su andadura en solitario. Pues bien, es momento de que lo religioso entre también en la televisión. Nuestros hermanos hispanoamericanos llevan en esto un considerable adelanto. CANAL CRISTOVISION, es el canal de televisión católico de Colombia. Es posible que el mundo se vuelva cada día más hostil hacia la religión cristiana, mientras los grandes estrategas siguen vendiéndonos Alianzas de Civilizaciones. En este sentido, sí que es conveniente que los católicos seamos cada vez más visibles. Estamos llamados a la universalidad y se abre la posibilidad de llevar la palabra de Dios a la gente, en esa Ágora pública que son Internet y Televisión, alimentando nuestra fe también en una comunidad pequeña y fraterna cada uno en su parroquia.

La globalización nos absorbe en un marasmo donde las señas de identidad se van difuminando, ese ha sido el proceso inexorable de la secularización de una sociedad cristiana como Europa. No queda más camino que relacionarnos entre nosotros e interactuar con ese nuevo mundo que está surgiendo gracias a las tecnologías de la información. Y mantener la esperanza en Jesucristo Rey y Señor del Universo.

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