Nada sucede sin la venia del Señor. Todo encaja en su Divina Providencia, por lo que abandonarse en sus brazos y repetir la oración de cada dia "Hágase tu Voluntad..." es la forma más sabia y más humana de aceptar la vida con sus grandezas y sus miserias.
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jueves, 17 de julio de 2008
"un ferviente llamado a católicos y no católicos para acercarse a Dios..."
Ante «una vibrante imagen de la Iglesia universal», reflejada en los miles y miles de jóvenes de tantas naciones y culturas, que «muestran que verdaderamente la Buena Nueva de Cristo es para todos y cada uno», el Papa ha dirigido un apremiante llamamiento también a los no católicos y a los no cristianos. Alentándolos a acercarse «al abrazo amoroso de Cristo». A reconocer a la Iglesia como su hogar, «nadie está obligado a quedarse fuera, puesto que desde el día de Pentecostés la Iglesia es una y universal». Nuestro enviado especial, Raúl Cabrera, nos cuenta los momentos que han precedido este gran encuentro: En este marco tan especial, el Papa ha saludado a los numerosísimos jóvenes de Oceanía, Asia, Oriente Medio, África, América y Europa:«Estamos juntos en este mundo nuestro como familia de Dios, como discípulos de Cristo, alentados por su Espíritu para ser testigos de su amor y su verdad ante todos». Tras hacer hincapié en su gratitud y cercanía a los aborígenes que le han dedicado una conmovedora bienvenida y compartiendo con la juventud los grandes temas de vital importancia para toda la familia humana, el Papa ha desarrollado una densa alocución inspirándose en las magnificencias de la Creación. Apoyándose en la vista de nuestro planeta que pudo admirar en las largas horas de vuelo, durante su viaje desde Roma a Australia, Benedicto XVI ha recordado que el ser humano es el centro de la Creación. El Papa ha exhortado a los jóvenes a llevar al mundo el mensaje de la esperanza cristiana:«Queridos amigos, la creación de Dios es única y es buena. La preocupación por la no violencia, el desarrollo sostenible, la justicia y la paz, el cuidado de nuestro entorno, son de vital importancia para la humanidad. Pero todo esto no se puede comprender prescindiendo de una profunda reflexión sobre la dignidad innata de toda vida humana, desde la concepción hasta la muerte natural, una dignidad otorgada por Dios mismo y, por tanto, inviolable. Nuestro mundo está cansado de la codicia, de la explotación y de la división, del tedio de falsos ídolos y respuestas parciales, y de la pesadumbre de falsas promesas. Nuestro corazón y nuestra mente anhelan una visión de la vida donde reine el amor, donde se compartan los dones, donde se construya la unidad, donde la libertad tenga su propio significado en la verdad, y donde la identidad se encuentre en una comunión respetuosa. Esta es obra del Espíritu Santo. Ésta es la esperanza que ofrece el Evangelio de Jesucristo. Habéis sido recreados en el Bautismo y fortalecidos con los dones del Espíritu en la Confirmación precisamente para dar testimonio de esta realidad. ¡Que sea éste el mensaje que vosotros llevéis al mundo desde Sydney!». Benedicto XVI se ha referido a «las heridas que marcan la superficie de la tierra: la erosión, la deforestación y el derroche de los recursos minerales y marinos para alimentar un consumismo insaciable». A las «islas-estado, cuya existencia misma está amenazada por el aumento del nivel de las aguas» y a las «naciones que sufren los efectos de sequías desoladoras». Lamentando que «la maravillosa creación de Dios es percibida a veces como algo casi hostil por parte de sus custodios, incluso como algo peligroso», Benedicto XVI ha puesto de relieve los logros del ingenio humano, el progreso de las ciencias médicas, la tecnología y el arte. Pero no sólo el entorno natural, sino también el social –el hábitat que nos creamos nosotros mismos– tiene sus cicatrices. Como el abuso de alcohol y de drogas, la exaltación de la violencia, también doméstica, y la degradación sexual, presentadas a menudo en la televisión e Internet como una diversión. Hay también algo siniestro que brota de la separación de la verdad con la libertad y la tolerancia. Fomentada por la idea, hoy muy difundida del relativismo. Benedicto XVI se ha referido a los pobres, los ancianos, los emigrantes, los que no tienen voz, «Cristo ofrece más. Es más, ofrece todo». Ésta es la exhortación que el Santo Padre ha dirigido en español: Queridos jóvenes de lengua española, la misión de ser testigos del Señor en todos los lugares de la tierra es una apasionante tarea, que exige acoger su Palabra e identificarse con Él, compartiendo con los demás la alegría de haber encontrado al verdadero amigo que nunca defrauda. Que este reto agrande vuestra generosidad. Un saludo muy cordial a todos.
miércoles, 16 de julio de 2008
al iniciar su contacto con los jóvenes del mundo el Papa les expresa su saludo:
«Joven amigo, Dios y su pueblo esperan mucho de ti porque tienes en ti el don supremo del Padre, el Espíritu de Jesús, BXVI».
Es el primer sms que han recibido los jóvenes en Sydney, de parte del Papa. Ha llegado a los móviles de los miles de chicos y chicas que lo han solicitado en el momento de inscribirse para participar en la Jornada Mundial de la Juventud 2008. El mensaje es en inglés y está escrito con la forma abreviada que emplean los jóvenes.Los jóvenes irán recibiendo cada día un mensaje y un pensamiento del Papa. Mientras, Benedicto XVI ha empezado su segundo día en Australia, en el centro de Estudios del Opus Dei en Kenthurst, en preparación de sus actividades públicas en este noveno viaje internacional de su Pontificado.
Es el primer sms que han recibido los jóvenes en Sydney, de parte del Papa. Ha llegado a los móviles de los miles de chicos y chicas que lo han solicitado en el momento de inscribirse para participar en la Jornada Mundial de la Juventud 2008. El mensaje es en inglés y está escrito con la forma abreviada que emplean los jóvenes.Los jóvenes irán recibiendo cada día un mensaje y un pensamiento del Papa. Mientras, Benedicto XVI ha empezado su segundo día en Australia, en el centro de Estudios del Opus Dei en Kenthurst, en preparación de sus actividades públicas en este noveno viaje internacional de su Pontificado.
domingo, 13 de julio de 2008
con paso firme y acelerado caminó en tierra australiana
Benedicto XVI transcurre sus primeras horas en Australia, y en espera de la gran cita de Sydney, el Papa dirige un mensaje en el que reitera que ante la pobreza y la injusticia, la negación de Dios y los daños al ambiente debidos a la avidez humana, el Espíritu nos orienta hacia el camino que lleva a la vida, al amor y a la verdad, hacia Jesucristo
Domingo, 13 jul (RV).- Benedicto XVI está transcurriendo sus primeras horas en Australia. A pesar de las largas horas de vuelo, al llegar al aeropuerto militar de Richmond, el Santo Padre sonriente, descendió con paso rápido y firme, como le solemos ver cuando viaja. Como estaba previsto, aunque la bienvenida oficial tendrá lugar el próximo jueves, acogieron al Papa el primer ministro australiano y los cardenales Pell, Arzobispo de Sydney, y Rylko, presidente del Pontificio Consejo para los laicos, entre otras autoridades civiles y religiosas. También se sumaron numerosos fieles para darle la primera alegre y cordial bienvenida.Desde Richmond, el Papa se ha trasladado a la que será su residencia en estos días, hasta el próximo miércoles. El Centro de Estudios del Opus Dei, en Kenthurst, en las Montañas Azules, a unos 40 kilómetros de Sydney. Esta estancia de forma privada le servirá para descansar del largo viaje y lo hará en la oración y con largos paseos, como ha afirmado el Card. Pell. Y en espera del gran encuentro con la juventud, el Papa ha dirigido un mensaje al amado pueblo de Australia y a los jóvenes peregrinos que participarán en esta Jornada Mundial de la Juventud 2008. «Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que descenderá sobre vosotros, y seréis mis testigos» (Hch 1,8). Convencido firmemente de que los jóvenes están llamados a ser instrumentos del Espíritu Santo - comunicando la alegría de conocer y seguir a Cristo en todo el mundo, que tanta necesidad tiene de la Buena Nueva - Benedicto XVI ha reiterado que las respuestas que buscan tantos jóvenes que se sienten sin esperanza, ante un mundo que les ofrece incertidumbres, ante la pobreza y la injusticia, ante los daños contra la naturaleza, ante quienes niegan a Dios, esas respuestas se pueden encontrar en el Espíritu que nos ayuda a encontrar la vida el amor y la verdad.«Cuánta necesidad tiene nuestro mundo de una nueva efusión del Espíritu Santo!» exclama Benedicto, recordando luego que «muchos no han escuchado aún la Buena Nueva de Jesucristo, otros muchos, por varias razones, no han reconocido en ella la sola verdad salvadora que puede satisfacer las expectativas más profundas de los corazones». «Envías tu soplo y son creados, y renuevas la faz de la tierra» (Salmo 104,30), con el rezo del salmista, el Papa reitera la importancia de los jóvenes para impulsar «la renovación, experimentar a Cristo y compartir con los demás el amor que el Espíritu derrama en sus corazones. Para que todos estén llenos de esperanza y de gratitud por el bien recibido de Dios, nuestro Padre celestial». Refiriéndose a los numerosos jóvenes que se sienten hoy sin esperanza, «perplejos ante las preguntas que se les presentan apremiantemente, en un mundo que los confunde», Benedicto XVI ha hecho hincapié en que son muchos los jóvenes que «ven la pobreza y la injusticia y que anhelan encontrar soluciones. Que se sienten desafiados por los argumentos de aquellos que niegan la existencia de Dios y se preguntan cómo responder. Que ven los graves daños causados al ambiente natural por la avidez humana y luchan para encontrar modos para vivir en mayor armonía con la naturaleza y con los demás». Y tras preguntar «¿dónde podemos encontrar las respuestas?», el Papa reitera que «el Espíritu nos orienta hacia el camino que conduce a la vida, al amor y a la verdad. El Espíritu nos orienta hacia Jesucristo». Evocando un dicho atribuido a san Agustín, «si quieres permanecer joven, busca a Cristo», Benedicto XVI vuelve a poner de relieve que en Cristo «encontramos las respuestas que buscamos. Encontramos las metas por las cuales vale verdaderamente la pena vivir. Encontramos la fuerza para proseguir el camino con el cual hacer nacer un mundo mejor».Inspirándose en lo que dice el mismo san Agustín, al comenzar sus Confesiones, en las que cuenta su juventud, Benedicto XVI ha manifestado que su «oración es que los corazones de los jóvenes que se reúnen en Sydney para la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud encuentren verdaderamente sosiego en el Señor y puedan colmarse de alegría y de fervor para difundir la Buena Nueva entre sus amigos, sus familiares y todos aquellos que encuentran». «Queridos amigos australianos, a pesar de que podré pasar sólo pocos días en vuestro país y de que no podré viajar fuera de Sydney, mi corazón os alcanza a todos, abarcando también a todos los que están enfermos o en cualquier tipo de dificultad», escribe Benedicto XVI, agradeciendo en nombre de todos los jóvenes por el apoyo que recibe para su misión. El Santo Padre pide que se siga rezando y concluye renovando su invitación a todos los jóvenes del mundo.En este mismo mensaje, Benedicto XVI manifiesta su profundo aprecio a todos aquellos que han ofrecido tanto tiempo, recursos y oraciones para hacer posible esta celebración. Destaca su gratitud al gobierno australiano y al de la provincia donde se encuentra Sydney y a todos los que brindan su ayuda económica, patrocinando la Jornada Mundial de la Juventud. El Santo Padre asegura sus oraciones para que los numerosos jóvenes que han cumplido grandes sacrificios para poder viajar hacia Australia sean recompensados ampliamente y agradece asimismo de todo corazón a las parroquias, escuelas y familias que hospedan generosamente a estos jóvenes peregrinos.Y llegan también a Sydney miles de chicos y chicas de tantas partes del mundo. En el aeropuerto internacional, les esperan grupos de jóvenes australianos que los reciben con alegría, cantos y bailes, ayudándoles a olvidar las fatigas del viaje. Esta simpática iniciativa está siendo destacada por la prensa, que, junto con grandes titulares de bienvenida al Papa, dedica también algunos espacios al problema de los abusos sexuales perpetrados por algunos miembros del clero.Hoy, en una conferencia de prensa, el coordinador de la Jornada Mundial de la Juventud de Sydney, Mons. Fisher ha afirmado que comparte las palabras de Benedicto XVI de repulsa por esos delitos y de respeto y comprensión para con las víctimas de los abusos y que la Iglesia australiana hará todo lo posible para ayudarles.Durante el trayecto del viaje, el avión que conducía al Papa hacia Australia ha sobrevolado numerosos países. A los jefes de Estado y gobernantes de todos ellos, Benedicto XVI ha enviado un saludo a sus ciudadanos y ha asegurado sus oraciones a Dios para que bendiga sus naciones con paz y prosperidad. En concreto los telegramas del Papa iban dirigidos a 16 países: Italia, Albania, Grecia, Turquía, Armenia, Azerbaiyán, Turkmenistán, Afganistán, Pakistán, India, Birmania, Tailandia, Camboya, Vietnam, Indonesia y Malasia.
Domingo, 13 jul (RV).- Benedicto XVI está transcurriendo sus primeras horas en Australia. A pesar de las largas horas de vuelo, al llegar al aeropuerto militar de Richmond, el Santo Padre sonriente, descendió con paso rápido y firme, como le solemos ver cuando viaja. Como estaba previsto, aunque la bienvenida oficial tendrá lugar el próximo jueves, acogieron al Papa el primer ministro australiano y los cardenales Pell, Arzobispo de Sydney, y Rylko, presidente del Pontificio Consejo para los laicos, entre otras autoridades civiles y religiosas. También se sumaron numerosos fieles para darle la primera alegre y cordial bienvenida.Desde Richmond, el Papa se ha trasladado a la que será su residencia en estos días, hasta el próximo miércoles. El Centro de Estudios del Opus Dei, en Kenthurst, en las Montañas Azules, a unos 40 kilómetros de Sydney. Esta estancia de forma privada le servirá para descansar del largo viaje y lo hará en la oración y con largos paseos, como ha afirmado el Card. Pell. Y en espera del gran encuentro con la juventud, el Papa ha dirigido un mensaje al amado pueblo de Australia y a los jóvenes peregrinos que participarán en esta Jornada Mundial de la Juventud 2008. «Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que descenderá sobre vosotros, y seréis mis testigos» (Hch 1,8). Convencido firmemente de que los jóvenes están llamados a ser instrumentos del Espíritu Santo - comunicando la alegría de conocer y seguir a Cristo en todo el mundo, que tanta necesidad tiene de la Buena Nueva - Benedicto XVI ha reiterado que las respuestas que buscan tantos jóvenes que se sienten sin esperanza, ante un mundo que les ofrece incertidumbres, ante la pobreza y la injusticia, ante los daños contra la naturaleza, ante quienes niegan a Dios, esas respuestas se pueden encontrar en el Espíritu que nos ayuda a encontrar la vida el amor y la verdad.«Cuánta necesidad tiene nuestro mundo de una nueva efusión del Espíritu Santo!» exclama Benedicto, recordando luego que «muchos no han escuchado aún la Buena Nueva de Jesucristo, otros muchos, por varias razones, no han reconocido en ella la sola verdad salvadora que puede satisfacer las expectativas más profundas de los corazones». «Envías tu soplo y son creados, y renuevas la faz de la tierra» (Salmo 104,30), con el rezo del salmista, el Papa reitera la importancia de los jóvenes para impulsar «la renovación, experimentar a Cristo y compartir con los demás el amor que el Espíritu derrama en sus corazones. Para que todos estén llenos de esperanza y de gratitud por el bien recibido de Dios, nuestro Padre celestial». Refiriéndose a los numerosos jóvenes que se sienten hoy sin esperanza, «perplejos ante las preguntas que se les presentan apremiantemente, en un mundo que los confunde», Benedicto XVI ha hecho hincapié en que son muchos los jóvenes que «ven la pobreza y la injusticia y que anhelan encontrar soluciones. Que se sienten desafiados por los argumentos de aquellos que niegan la existencia de Dios y se preguntan cómo responder. Que ven los graves daños causados al ambiente natural por la avidez humana y luchan para encontrar modos para vivir en mayor armonía con la naturaleza y con los demás». Y tras preguntar «¿dónde podemos encontrar las respuestas?», el Papa reitera que «el Espíritu nos orienta hacia el camino que conduce a la vida, al amor y a la verdad. El Espíritu nos orienta hacia Jesucristo». Evocando un dicho atribuido a san Agustín, «si quieres permanecer joven, busca a Cristo», Benedicto XVI vuelve a poner de relieve que en Cristo «encontramos las respuestas que buscamos. Encontramos las metas por las cuales vale verdaderamente la pena vivir. Encontramos la fuerza para proseguir el camino con el cual hacer nacer un mundo mejor».Inspirándose en lo que dice el mismo san Agustín, al comenzar sus Confesiones, en las que cuenta su juventud, Benedicto XVI ha manifestado que su «oración es que los corazones de los jóvenes que se reúnen en Sydney para la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud encuentren verdaderamente sosiego en el Señor y puedan colmarse de alegría y de fervor para difundir la Buena Nueva entre sus amigos, sus familiares y todos aquellos que encuentran». «Queridos amigos australianos, a pesar de que podré pasar sólo pocos días en vuestro país y de que no podré viajar fuera de Sydney, mi corazón os alcanza a todos, abarcando también a todos los que están enfermos o en cualquier tipo de dificultad», escribe Benedicto XVI, agradeciendo en nombre de todos los jóvenes por el apoyo que recibe para su misión. El Santo Padre pide que se siga rezando y concluye renovando su invitación a todos los jóvenes del mundo.En este mismo mensaje, Benedicto XVI manifiesta su profundo aprecio a todos aquellos que han ofrecido tanto tiempo, recursos y oraciones para hacer posible esta celebración. Destaca su gratitud al gobierno australiano y al de la provincia donde se encuentra Sydney y a todos los que brindan su ayuda económica, patrocinando la Jornada Mundial de la Juventud. El Santo Padre asegura sus oraciones para que los numerosos jóvenes que han cumplido grandes sacrificios para poder viajar hacia Australia sean recompensados ampliamente y agradece asimismo de todo corazón a las parroquias, escuelas y familias que hospedan generosamente a estos jóvenes peregrinos.Y llegan también a Sydney miles de chicos y chicas de tantas partes del mundo. En el aeropuerto internacional, les esperan grupos de jóvenes australianos que los reciben con alegría, cantos y bailes, ayudándoles a olvidar las fatigas del viaje. Esta simpática iniciativa está siendo destacada por la prensa, que, junto con grandes titulares de bienvenida al Papa, dedica también algunos espacios al problema de los abusos sexuales perpetrados por algunos miembros del clero.Hoy, en una conferencia de prensa, el coordinador de la Jornada Mundial de la Juventud de Sydney, Mons. Fisher ha afirmado que comparte las palabras de Benedicto XVI de repulsa por esos delitos y de respeto y comprensión para con las víctimas de los abusos y que la Iglesia australiana hará todo lo posible para ayudarles.Durante el trayecto del viaje, el avión que conducía al Papa hacia Australia ha sobrevolado numerosos países. A los jefes de Estado y gobernantes de todos ellos, Benedicto XVI ha enviado un saludo a sus ciudadanos y ha asegurado sus oraciones a Dios para que bendiga sus naciones con paz y prosperidad. En concreto los telegramas del Papa iban dirigidos a 16 países: Italia, Albania, Grecia, Turquía, Armenia, Azerbaiyán, Turkmenistán, Afganistán, Pakistán, India, Birmania, Tailandia, Camboya, Vietnam, Indonesia y Malasia.
viernes, 11 de julio de 2008
no descansa el Papa de obtener apoyos para el diálogo en favor de la Paz y la Justicia en Oriente Medio
Benedicto XVI recibe en audiencia al Rey de Bahréin:compromiso común para impulsar el diálogo intercultural e interreligioso y la colaboración entre cristianos, musulmanes y judíos en favor de la paz y la justicia en Oriente Medio y en todo el mundo
Miércoles, 9 jul (RV).- En el Palacio Apostólico de Castelgandolfo, Benedicto XVI ha recibido esta mañana en audiencia al Rey de Bahréin, Ahmad Ben Isa El Jalifa, acompañado de su séquito. Seguidamente, según informa un comunicado de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el Soberano ha visitado al Secretario para las Relaciones con los Estados, Mons. Dominique Mamberti. En el curso de las conversaciones, que se han desarrollado en un clima de cordialidad, las Autoridades vaticanas han tenido la oportunidad de dar las gracias al Rey por la acogida concedida a los numerosos inmigrantes cristianos. También se ha confirmado el compromiso común en facilitar el diálogo intercultural e interreligioso y el valor de la colaboración entre cristianos, musulmanes y judíos para la promoción, en Oriente Medio y en todo el mundo, de la paz, de la justicia y de los valores espirituales y morales. El rey ha invitado al Santo Padre a visitar su País.
Miércoles, 9 jul (RV).- En el Palacio Apostólico de Castelgandolfo, Benedicto XVI ha recibido esta mañana en audiencia al Rey de Bahréin, Ahmad Ben Isa El Jalifa, acompañado de su séquito. Seguidamente, según informa un comunicado de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el Soberano ha visitado al Secretario para las Relaciones con los Estados, Mons. Dominique Mamberti. En el curso de las conversaciones, que se han desarrollado en un clima de cordialidad, las Autoridades vaticanas han tenido la oportunidad de dar las gracias al Rey por la acogida concedida a los numerosos inmigrantes cristianos. También se ha confirmado el compromiso común en facilitar el diálogo intercultural e interreligioso y el valor de la colaboración entre cristianos, musulmanes y judíos para la promoción, en Oriente Medio y en todo el mundo, de la paz, de la justicia y de los valores espirituales y morales. El rey ha invitado al Santo Padre a visitar su País.
martes, 8 de julio de 2008
cuando uno se enamora de Dios todo lo demás es basura
Por eso yo la voy a seducir, la llevaré al desierto y allí le hablaré a su corazón y ella me responderá como en los días de su juventud.
Entre los bellos textos de la Sagrada Escritura, este de Oseas es para mí uno de los más bellos y románticos. Siento que Dios me habla al corazón y lo sigue haciendo aunque yo muchas veces haga oídos sordos a su voz; no se cansa de susurrarme y dirigirme su palabra de amor y misericordia.
Siento que me aparta y me lleva a un lugar solitario como un enamorado más para seducirme y esperar mi respuesta, pero lo hace con tal delicadeza que no me fuerza ni obliga a responder precipitadamente, sino que me da todo el tiempo que necesito para que mi opción por El sea libre y sin coacción.
Su suave voz en mi corazón es como un bálsamo reparador que cura mis heridas, esas heridas que la vida y el paso de los años han abierto y dejado huella en mi carne.
Mi encuentro en la soledad con El, es una invitación a despojarme de todo lo que me estorba, me hiere o impide caminar hacia delante. Es tanto el deseo que tiene de verme feliz que hace lo imposible para hacerme sonreír: las “cosas” de la vida, personas que pone a mi lado, acontecimientos deseados, sorpresas inesperadas, tantas cosas que me hacen exclamar: ¡Señor, cuánto me quieres, cuánto me cuidas, cuánto me mimas! Soy consciente de su constante presencia en mi vida, es como una sensación de plenitud, de sentirme llena por dentro y por fuera.
Es cierto que a veces me embargan sentimientos de soledad y abandono, pero no es más que para que tenga más deseos de su compañía y amor, y lo experimento de una manera tan real que no puedo menos que gritar: ¡me has seducido, Señor! Es una llamada constante y perenne que no deja de instarme a seguirle, pero no por ello me siento agobiada; me deja espacios de libertad para que desde mi propio ser dirija mi vida hacia El.
Toda esta experiencia interior hace de mi vida consagrada una aventura: risas y lágrimas, goces y sufrimientos, todo un mundo de repeticiones y novedades que dan a mi existencia un toque especial de felicidad y abandono en las manos de un Dios que me amó hasta entregarse por mí.
Soy yo, conozco tu vida
con agua viva tu sed saciaré,
soy yo, te busco a ti
le hablaré a tu corazón
ningún mal te abatirá
a tu Dios no deberás temer
si yo en ti escribo mi ley
a mi corazón te uniré
y me adorarás
en espíritu y en verdad.
(transcrito de periodista digital. suplemento religioso)
Entre los bellos textos de la Sagrada Escritura, este de Oseas es para mí uno de los más bellos y románticos. Siento que Dios me habla al corazón y lo sigue haciendo aunque yo muchas veces haga oídos sordos a su voz; no se cansa de susurrarme y dirigirme su palabra de amor y misericordia.
Siento que me aparta y me lleva a un lugar solitario como un enamorado más para seducirme y esperar mi respuesta, pero lo hace con tal delicadeza que no me fuerza ni obliga a responder precipitadamente, sino que me da todo el tiempo que necesito para que mi opción por El sea libre y sin coacción.
Su suave voz en mi corazón es como un bálsamo reparador que cura mis heridas, esas heridas que la vida y el paso de los años han abierto y dejado huella en mi carne.
Mi encuentro en la soledad con El, es una invitación a despojarme de todo lo que me estorba, me hiere o impide caminar hacia delante. Es tanto el deseo que tiene de verme feliz que hace lo imposible para hacerme sonreír: las “cosas” de la vida, personas que pone a mi lado, acontecimientos deseados, sorpresas inesperadas, tantas cosas que me hacen exclamar: ¡Señor, cuánto me quieres, cuánto me cuidas, cuánto me mimas! Soy consciente de su constante presencia en mi vida, es como una sensación de plenitud, de sentirme llena por dentro y por fuera.
Es cierto que a veces me embargan sentimientos de soledad y abandono, pero no es más que para que tenga más deseos de su compañía y amor, y lo experimento de una manera tan real que no puedo menos que gritar: ¡me has seducido, Señor! Es una llamada constante y perenne que no deja de instarme a seguirle, pero no por ello me siento agobiada; me deja espacios de libertad para que desde mi propio ser dirija mi vida hacia El.
Toda esta experiencia interior hace de mi vida consagrada una aventura: risas y lágrimas, goces y sufrimientos, todo un mundo de repeticiones y novedades que dan a mi existencia un toque especial de felicidad y abandono en las manos de un Dios que me amó hasta entregarse por mí.
Soy yo, conozco tu vida
con agua viva tu sed saciaré,
soy yo, te busco a ti
le hablaré a tu corazón
ningún mal te abatirá
a tu Dios no deberás temer
si yo en ti escribo mi ley
a mi corazón te uniré
y me adorarás
en espíritu y en verdad.
(transcrito de periodista digital. suplemento religioso)
jueves, 3 de julio de 2008
apenas rescatada ingrid proclamó "doy gracias a Dios y a los soldados de Colombia por nuestra liberación"
en actitud impresionante al descender del avión que llevó a las 15 personas rescatadas por el ejército de Colombia, ingrid betancourt invitó a ponerse de rodillas junto a su madre y algunas autoridades civiles y militares para dar gracias a Dios que les había devuelto la libertad y a sus seres queridos. ingrid había anunciado que a las cinco de la madrugada cuando había terminado de rezar el rosario, fue convocada por el comandante guerrillero a prepararse para un traslado de campamento, "otra vez el show" pensó la ex-candidata presidencial colombiana francesa, sin siquiera soñar que sería su último día de un cautiverio que la llevó a recorrer las selvas colombianas durante más de seis años sometida al yugo guerrillero. la imagen de ricardo mazclan pasará a la historia de la guerrilla colombiana que se acerca a su final después de 40 años de su aparición.
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