Francisco pide la «fe servicial» de María, que «sale a visitar y acompañar la gestación de Juan»
Celebra la Virgen de Guadalupe con cantos en «náhuatl», el idioma del primer relato de las apariciones
Siguiendo un gesto iniciado por Benedicto XVI, el Papa Francisco ha celebrado el lunes en la basílica de San Pedro la misa de la Virgen de Guadalupe, Patrona de las Américas y de Filipinas, donde viven más de la mitad de los católicos del mundo.
El Papa ha invitado a los fieles de todas las naciones iberoamericanas a «aprender de la fe recia y servicial de María», una muchacha joven que abandona su casa para ir «a visitar y acompañar con su presencia la gestación de Juan el Bautista» en la casa de su prima Isabel.
Si las apariciones de María «la primera discípula y misionera» al indio Juan Diego en 1531 impulsaron arrolladoramente la evangelización de América, el Nuevo Mundo tiene que ser más cristiano pues, según Francisco, la sociedad «se ha vuelto cegatona e insensible frente a miles de rostros que se van quedando por el camino».
Se refería a los pobres, los ancianos aislados e incluso «miles y miles de niños y jóvenes en situación de calle, que mendigan y duermen en las estaciones de tren, del subte o donde encuentren lugar».
El Papa no dudaba es utilizar palabras fuertes, e incluso duras pues «sin darnos cuenta, nos hemos acostumbrado a vivir en una ‘sociedad de la desconfianza’ que va generando estados de desidia y dispersión».
La misa de este año ha incorporado bellísimo cantos litúrgicos antiguos en «náhuatl», el idioma de Juan Diego en el que se compuso el «Nican Mopohua», primer relato de las apariciones y conversaciones con la Virgen de Guadalupe, conocida en todo el mundo como «la Morenita» por su mezcla de rasgos indios y españoles.
El Papa ha invitado a los fieles de todas las naciones iberoamericanas a «aprender de la fe recia y servicial de María», una muchacha joven que abandona su casa para ir «a visitar y acompañar con su presencia la gestación de Juan el Bautista» en la casa de su prima Isabel.
Si las apariciones de María «la primera discípula y misionera» al indio Juan Diego en 1531 impulsaron arrolladoramente la evangelización de América, el Nuevo Mundo tiene que ser más cristiano pues, según Francisco, la sociedad «se ha vuelto cegatona e insensible frente a miles de rostros que se van quedando por el camino».
Se refería a los pobres, los ancianos aislados e incluso «miles y miles de niños y jóvenes en situación de calle, que mendigan y duermen en las estaciones de tren, del subte o donde encuentren lugar».
El Papa no dudaba es utilizar palabras fuertes, e incluso duras pues «sin darnos cuenta, nos hemos acostumbrado a vivir en una ‘sociedad de la desconfianza’ que va generando estados de desidia y dispersión».
«No seremos nunca un pueblo huérfano»
El modo de remediar esas patologías sociales es, según Francisco, volver a la unidad con María, pues «no somos ni seremos nunca un pueblo huérfano. ¡Tenemos Madre! Y donde está la madre hay siempre presencia y sabor a hogar. Donde está la madre, los hermanos se podrán pelear pero siempre triunfará el sentido de unidad».La misa de este año ha incorporado bellísimo cantos litúrgicos antiguos en «náhuatl», el idioma de Juan Diego en el que se compuso el «Nican Mopohua», primer relato de las apariciones y conversaciones con la Virgen de Guadalupe, conocida en todo el mundo como «la Morenita» por su mezcla de rasgos indios y españoles.
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