ORACIONES A
QUEMARROPA
ORACIÓN DE PROSA
POÉTICA MENSAJERA DE HUMANISMO
LUIS ESPINAL CAMPS.
“Hay cristianos que
toman reacciones histéricas como si el mundo hubiese escapado de las manos de
Dios; por esto actúan violentamente como
si lo arriesgasen todo. Pero creemos en la historia. El mundo no es un azar que
va hacia el caos. No tememos nada nuevo porque todo lo nuevo ha empezado ya a
suceder cuando Cristo resucitó.
Jesucristo, nos hemos
alejamos de tu triunfo definitivo y la historia no es más que un devenir hacia
tu triunfo fatal. Con nuestros cuerpos aún en la brecha y con el agua rota, te
gritamos un primer “hurra” hasta que se desencadene la eternidad. Tu dolor ya
pasó y tus enemigos han fracasado antes de nacer. Tú eres el rey de la sonrisa definitiva.
¡Qué nos importa
la espera! Aceptamos con ilusión la lucha y la muerte porque Tú, nuestro Amor,
no mueres. Marchamos detrás de ti por una calzada de eternidad. Tú estás con
nosotros y eres inmortalidad. Señor, triunfador de los siglos quita todo rictus
de tristeza de nuestros ojos. No estamos embarcados en un azar, la última
palabra es la tuya.
Ven
Señor, tenemos miedo, el universo se ha hecho demasiado grande para viajar
solos. La imaginación estalla porque la realidad es más inverosímil que los
sueños. Para qué servirá tanto universo, si Tú no existieras?
Y
enséñanos a vocear tu optimismo por todo el mundo porque tú enjugarás las
lágrimas de los ojos de todos y para siempre y la muerte desaparecerá.
Jesucristo
enséñanos a amar cada vez más No por sentir necesidad de afecto sino porque los
demás necesitan amor.
El
pecado de la carne es el más epidérmico; el peor es el orgullo o el egoísmo.
Danos unos ojos de niño para ver con limpieza tu creación; que recordemos que
Tú lo hiciste “todo bueno”
Ya
casi no somos jóvenes. La vida nos ha madurado y envejecido. El abanico de
posibilidades se ha ido cerrando y ahora la vida es un camino prosaico entre
dos cunetas. Jesucristo, quisiéramos ser como tú que no conociste esclerosis de
la edad madura y fuiste joven hasta la muerte violenta.
Consérvanos
la prudencia de la juventud, Señor del misterio, haznos a sentir tu presencia
en el corazón de la vida; queremos hallarte en el corazón de lo cotidiano. Tú
estás presente en nuestra intimidad hecha diálogo, cuando se enciende el iris
del amor interpersonal.
Entre
tanto, con los ojos bien abiertos te buscaremos en todos los rostros humanos
Sabemos que te estás rebelando siempre en cada sonrisa, en cada problema. Ábrenos
Señor el oído, como una antena expectante para escuchar tu latido repetido en
cada ser humano.
Estamos
llenos de egoísmo, quema nuestro ser. Hay lágrimas detrás de muchos ojos al
parecer risueños. Aún la persona más vulgar y despreciable encierra un
misterio: si lo descubriéramos los llegaríamos a amar.
Amamos
la tierra y sus valores, su cuerpo transparente nos lleva a la trascendencia. Tenemos
miedo al futuro incierto lleno de niebla.
Gastar
la vida es trabajar por los demás. Gastar la vida es lanzarse aún al fracaso si hace falta, sin
falsas prudencias, es quemar las naves
en bien del prójimo.
En
el sexo has puesto Señor los resortes más misteriosos del hombre; en él se
cruzan la belleza, el amor y la persona.
Tú
sabes lo que conviene a tu Iglesia, si un fervor de catacumbas o la rutina de
una protección oficial. Dale lo que sea menos, aunque sea la cárcel y la
pobreza.
La
vida es una serie de crisis de crecimiento, de acomodación y de ruptura. Por
eso nos agobia a veces la angustia ante el dolor, la muerte y la soledad.
¿Por
qué nos cargas la mano? ¿Quieres doblegarnos ante Ti? ¿Adónde nos llevas por
estos caminos? ¡Vivifica la palabra que nos has enseñado! Da fuerza a
este amor para que no se quede en placer y sentimiento sino que sea tan
fuerte que pueda levantar montañas”
Esto sí es una oración a
quemarropa, las expresiones de un santo. Continúo … “El
sensacionalismo de nuestros periódicos es para la guerra y la violencia.
Nuestras plazas tienen monumentos a los autores de las grandes matanzas y ya en
las escuelas enseñamos a los niños a identificar las guerras con la patria, nuestras
glorias están cargadas de sangre. No hay nada que justifique las guerras. Importa
recordar que se han acabaron las guerras santas y las cruzadas fueron solamente
un fraude. No hay ningún ideal que puede exigir centenares de cadáveres. El
espíritu del ser humano no tiene nada que ver con las balas.
Señor,
haznos aborrecer la retórica del
armamentismo y los desfiles militares así como evitarnos la propaganda a favor
de la criminalidad; que prefiramos el diálogo humano a las amenazas, a la
represión, a las matanzas. Haz Señor que caigamos en la cuenta de que la
violencia es demasiado trágica para utilizarla alegremente como un juego. Y lo
más importante Señor, haz que los profesionales de las armas y de la guerra, - y de la política (GCB) - hallen un oficio mejor, porque Tú Señor,
Príncipe de la paz, odias la muerte. Sabemos que es inútil buscar a Dios
viviente entre los muertos. Nosotros queremos ir más allá del legalismo y de
las prácticas manoseadas para vocear que Tú eres la vida.
Jesucristo,
te damos la gracias porque Tú no fuiste prudente, ni diplomático; no callaste
para escapar de la cruz, fustigaste a los poderosos sabiendo que te jugabas la
vida. Y porque no poseemos ni siquiera nuestra vida a lo más un solo instante,
mientras atravesamos la maroma del presente, tenemos que ser antorchas cuya
vida tiene sentido cuando nos quemamos;
solamente entonces, seremos luz. Nuestro único ideal no puede ser llegar a
viejos. Señor, nos da miedo pasar por la vida sin dejar huella. Mucha imprudencia
que sea nuestra, la bendita imprudencia que es capaz de jugarse la vida por un
ideal, capaz de ilusión y de amor. No pasarla dejando solo una estela de humo. Queremos
cumplir tu testamento, tu mandato único: “Ámense unos a los otros como Yo los
he amado”
Así
como cada uno debe vivir su vida inédita, también su muerte debe ser
absolutamente personal. Más, a pesar de todo, aunque nos mates, no quereos
dejar de confiar en Ti. No nos dejes morir en pasiva amargura o en gesticulante
rebeldía. No nos dejes morir más de la cuenta. Señor, ¡Cómo temo que sea
solo un suicidio mi crucifixión!
Señor,
ahora ¿Tú dónde estás? ¿Por qué
permaneces mudo? ¿Porqué te alejas Señor. Y nos abandones en las horas de
angustia? Jesucristo, no aceptamos esta muerte que nos roe la persona. Sabemos
que son tus manos las que nos magullan amorosamente, las que nos desfloran el
alma. Pero Señor, en cuanto a mí, antes de expirar proclamo tu triunfo. Más
allá del trajín de mis huesos ya ha empezado el “Aleluya” eterno. Que las mil
gargantas de las heridas se sumen ya a tu salmodia triunfal”
……………………………………………………………………………
Comentario Gastón Cornejo
Bascopé.
Como pidió el santo al concluir su obra poética, yo continúo su oración
imaginando ciertamente todos los eventos fatales de su martirio luego de
conocer el resultado de la necropsia forense:
En el huerto de los
olivos, con la copa del dolor en la mano, mirando a Dios con la misma pasión
con que Jesús invocó al Padre - “Mi alma
está triste hasta la muerte” - Ahora,
Señor, antes de ser sacrificado por la maldad del poder político y asesinado, antes
de tener el cuerpo magullado y fracturado de golpes, lleno de proyectiles, voy
a orar el Salmo del martirio: “Aunque
camine por un valle tenebroso, no temeré, Señor, porque tú estás conmigo. Tu
vara y tu cayado me protegen ...” Así rezaba el santo y mártir y a
continuación, le llegó la quiebra violenta de su dignidad, su captura, para ser
conducido a un ambiente del averno militar boliviano. Él nació en España y vino
a morir por la humanidad boliviana ajena a su cultura.
En La Paz, capital ejecutiva de Bolivia, últimos días
del mes de marzo de 1980. La orden de apresamiento salió de Palacio y los
esbirros lo alcanzaron. Conducido a una celda sin explicación alguna y a gritos
de cuartel le sujetaron ambas muñecas con duros cables, lo suspendieron al
cénit y comenzaron a golpearlo. Sufrió la violencia física por tiempo
prolongado, tortura con golpes atroces repetidos en la cara rompieron las
cejas, la boca, fracturaron la nariz, conservando el conocimiento a pesar del
dolor sufrido. Un feroz culatazo acompañado de insultos golpeó sobre su pecho
rompiéndole el esternón y las costillas. Asfixia, bloqueo respiratorio
insufrible. En la pierna algo crujió tremendamente. Era su tiempo de oscura
tempestad y mientras el dolor terebrante crecía, se aproximaba el fin; la
agonía cursaba por todos sus nervios hasta llegar abruptamente al cerebro, aún logró
rezar a su Cristo profiriendo alaridos … ¡Porqué
me has abandonado!
Cansados los verdugos observaron a la víctima, la
cabeza gacha, los párpados hinchados, los ojos fuera de órbita sangrando, la
piel marmórea, fue liberado de los cables suspensores, cayó abruptamente al
suelo. Intentó aún levantarse con la mente turbada, debía rezar su oración a
quemarropa, pero un tableteo de estruendos le nubló el alma y prontamente llegó
el silencio.
Había recibido múltiples disparos de arma de fuego a
manera de arpegio criminal por todo el cuerpo. No les bastó unos pocos, tenían
que asegurarse de su muerte - la autopsia identifico más de 20 balazos mortales
– así, crucificado y tendido en el suelo sobre alfombra de sangre, de costado y
sacudiendo toda su humanidad en convulsiones repetidas por la fuerza de los balazos
incrustados, una y otra vez. Las esquirlas óseas se multiplicaron en otros
tantos proyectiles. Su cerebro, segundos antes de expirar, registró toda la
historia de la maldad humana concentrada sobre él en instantes interminables de
martirio. Su crucifixión se había consumado. Entonces, las mil gargantas de las heridas se sumaron a su salmodia
mortal.
Los asesinos de uniforme, fatigados de tanto esfuerzo,
salpicados y cubiertos por la sangre derramada, sucios los zapatos y la ropa
pegajosa de coágulos repartidos, las manos temblando, los ojos aterrados,
jadeantes cual perros de presa, partieron en fuga intempestiva ordenando se
traslade al destrozado occiso a la Morgue. Aún estaban sometidos al efecto de
la cocaína y el alcohol ingeridos previamente; iban tomando consciencia de lo
actuado, hubieran querido besar el cadáver y pedirle perdón… más les valía
ahorcarse como lo hizo Judas, el traidor de todos los Cristos de la humanidad.
He aquí lo que encontraron en la necropsia, seguramente
efectuada a hurtadillas y en un ambiente ajeno al Gólgota donde masacraron al
santo.
PROTOCOLO
DE AUTOPSIA
Autopsia efectuada el día
22 de marzo 1980 realizada en la Morgue Judicial a partir de hrs. 19 hasta 21
Hrs.-
Cadáver de sexo
masculino, de aproximadamente 48 años de edad, identificado como Luis Espinal
Camps. No se toman medidas antropométricas. El cadáver se expone desnudo en la mesa
de autopsia, cubierto parcialmente por una sábana blanca que tiene muchas
manchas de sangre. Aspecto exterior: constitución longilínea. No se aprecian
cicatrices ni manifestaciones de carácter patológico. Livideces a nivel de la
región dorsal media. Rigidez cadavérica completa.
Rostro. Herida de
aproximadamente 1 cm de disposición vertical que se localiza en la región
superciliar derecha a nivel del tercio externo, compromete hasta el periostio. Equimosis
(hematoma) del borde libre de los labios con infiltración equimótica de la
mucosa vestibular de ambos labios. Equimosis amplia que toma la región esternal
totalmente hasta el apéndice xifoides y se extiende lateralmente hasta la
región costal izquierda. Se realiza un corte a bisturí evidenciándose una infiltración
subcutánea. Infiltración equimótica de la región inguinal izquierda. Equimosis
en tercio medio y anterior de la pierna izquierda. Secuela de epistaxis
reciente.
Se
observan numerosos orificios distribuidos ampliamente en región ventral y
dorsal del cuerpo correspondiente indistintamente a orificios de entrada y
salida de proyectil de acuerdo al siguiente detalle: Orificio en glúteo derecho
a 86 cm del suelo. Orificio en trocánter derecha a 74 cm del suelo. Ambos
tienen una dimensión de 9 a 11
milímetros. Orificio en reborde costal posterior derecho de 2 cm a 98
centímetros del suelo y 8 de la línea media. Orificio costo lateral derecho y
posterior a 107 cm del suelo y 18 cm de la línea media. Orificio en región
dorsal derecha a 116 cm del suelo y 8 cm de la línea media. Orificio en el
borde interno de la escápula próximo a
120 cm del suelo y 2 de la línea media. Orificio en región dorsal a 127 cm del suelo y 3 de la línea media. Orificio
en región braquial derecha. Otro orificio en la proximidad. Herida anfractuosa
en región ante braquial derecha, tercio superior en trayecto de sedal. Orificio
en región glútea izquierda a 84 cm y 13 de la línea media. Orificio en la
cresta ilíaca a 97 cm del suelo y 10 cm de la línea media. En el abdomen se
identifican: Orificio espina iliaca antero superior izquierda a 83 cm del suelo
13 de la línea media. Orificio a 89 cm del suelo y 17 de la línea media. Orificio en flanco derecho a 94 duro y 13 de la línea
media. Orificio en reborde costal derecho a 101 y 12cm. Orificio femoral izquierda a 57 cm del suelo. Orificio
a 52 cm del suelo derecho. En la región glútea izquierda, próxima al pliegue
intergluteo equimosis con levantamiento
y dureza de planos superficiales. En espina iliaca antero superior
izquierda tiene una gran equimosis con dureza a la palpación, se realiza corte
y extrae otro proyectil similar y de peso 8.37. Fractura conminuta del tercio
superior del fémur derecho con vaina de proyectil deformada. Enfisema
subcutáneo en región inguinal izquierdo.
Autopsia
de cavidades. Tórax. Gran infiltración sanguínea subcutánea
en región esternal y costal. Esternón. Fractura transversal de cuerpo esternal
(golpe intenso posiblemente efectuado con masa enorme o culata de fusil)
hematoma retro esternal y mediastino anterior. Hemotórax a izquierda es de
medio litro de sangre. A derecha 150 cm. Pulmones palidez y colapso. En lóbulo
inferior herida de 2:30 cm En lóbulo
inferior herida anfractuosa desflecada. Orificio
a nivel de la V costilla a 2 cm de la articulación costo vertebral. Pulmón. En
el pulmón izquierdo se observa herida anfractuosa apical inferior y herida para
vertebral media de 3 cm. Herida a nivel de la V costilla izquierda a 4 cm de la
articulación condro-costal. Columna. Compromiso de los cuerpos vertebrales
VIII-IX-X en sedal. Diafragma. Tres orificios en el diafragma izquierdo y dos
en derecho. Hígado. Estallido con destrucción de todo el lóbulo derecho. Intestino.
a 390 del Treitz perforación de 3 cm. bordes desflecados.. A 556 otra
perforación intestinal de 2 cm. Estómago con contenido de cebolla y zanahoria. Con 3 perforaciones en el fondo gástrico de 1
a 2 cm eversión de mucosa gástrica. Riñón derecho estallido por proyectil. Vejiga
perforación del fundus.
CONCLUSIÓN: Causa de muerte:
hemorragia aguda por múltiples lesiones esqueléticos y viscerales por paso de
proyectiles de armas de fuego. Se identificaron signos de violencia traumática
contusas de gran significación como la fractura del esternón, lesiones
provocadas en vida.
Firman los siguientes profesionales: Félix
Romano (FORENCE) . Rolando Costa Ardúz
(MÉDICO FORENCE), Jorge Dorado de la Parra y Fernando Paz Pacheco
(COLEGIO MÉDICO); Pastor Sangüeza Patólogo (PERITO DE PARTE) Luis Palacios
Saravia (DELEGADO DE LA COMPAÑÍA DE JESUS). La Paz. Hrs 22:30 del día 22 de marzo 1980.
COMENTARIO GASTÓN CORNEJO
BASCOPÉ.
Gracias al Dr. Rolando
Costa Ardúz, notable médico psiquiatra y forense, quien logró ante el Fiscal
que no se efectúe la exhumación sacrílega extemporánea de los sagrados restos
del mártir Luis Espinal Camps.
Resumiendo, si es que es
posible resumir la enorme destrucción corporal, la de una víctima de la maldad
política de todo tiempo. Sufrió golpes intensos con heridas en la ceja derecha
– ojos – nariz - labios - boca - el pecho, el esternón, con profusa hemorragia del
mediastino detrás del hueso fracturado y dividido, de todo el costado izquierdo
del tórax, las costillas desarticuladas;
la ingle izquierda y la pierna izquierda gravemente lesionadas.
Fue torturado con las
manos amarradas y suspendido con cables pues tenía heridas con hematomas a
nivel de ambas muñecas, más a la derecha.
Los golpes fueron propinados
mediante puño cerrado, y se colige fue efectuado por muchos esbirros con arma o
armas contundentes de masa, culata de fusil … y luego, caído en el suelo, fue asesinado
por la espalda traidoramente, con proyectiles de fusil disparados por múltiples
autores que apuntaron a todo el cuerpo, repetidas veces.
Comparemos sus oraciones
poéticas y profundas con la cruda descripción de su martirio profético. Los
autores político militares y los ejecutores, aún escapan a la justicia humana
pero Dios a los ha identificado por cierto sufrirán el martirio eterno.
2017, para desviar
acervas críticas a la política coyuntural, se pretendió utilizar al santo para
aturdir a la opinión pública, se insinuó
la exhumación. Después de 37 años sus restos quedaron transformados en tierra y
polvo, sagrados.
El respetable médico
Rolando Costa Ardúz, psiquiatra y forense, quedó impregnado de grandeza con su delicada
labor profesional. La historia le debe gratitud, especialmente a él y a los dignos
componentes que testimoniaron el imperdonable hecho sangriento, con valentía y
veracidad y a riesgo de sus propias existencias.
Luis Espinal Camps,
sacerdote católico jesuita, debe ser elevado a la santidad de la Iglesia; su
mensaje y su martirio así lo califican.
Gastón Cornejo Bascopé. Cochabamba, febrero 2017