Con el lema Nuestro Norte la Iglesia hemos transcurrido un año, y ahora mismo repetimos y actualizamos nuestra vocación eclesial y es que vida espiritual de los cristianos no se concibe si acaso no va unida a la Iglesia, o sea la comunidad que acompaña nuestro desarrollo del nacimiento, al bautismo, la primera comunión y la confirmación, la unión matrimonial que es el origen de la vida de los sacramentos que se suceden, acompañan al hombre en toda su existencia. El cristiano tiene trazada una ruta clara, al lado de sus sacerdotes, es decir de aquellos seres que están consagrados al servicio espiritual. Gracias a la generosidad, el desprendimiento, la nobleza de éstos seres extraordinarios que son los religiosos, el cristiano va de la mano hacia el cumplimiento de su misión terrena con la mirada puesta en la felicidad eterna. No desmayar! A pesar de todas las dificultades, de las piedras en el camino que va poniendo Satán para hacer tropezar al Justo. A pesar de las grandes corrientes que quieren olvidarse de Dios, sigamos adelante en nuestra Fe!