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miércoles, 7 de diciembre de 2011

Gregorio Iriarte nos ofrece dos modelos de Iglesia post conciliar y preconciliar actualizando las dos visiones

Todos amamos a nuestra Iglesia católica y queremos serle fieles, pero nos damos cuenta de que tenemos distintas ideas sobre ella, aún en aspectos muy importantes. Eso hace que el enfoque pastoral sea muy diferente entre unas parroquias y otras, así como entre las distintas asociaciones y aún en los mismos sacerdotes. Simplificando un poco podemos decir que se dan entre nosotros dos modelos de Iglesia: uno que nace del Concilio Vat.II y otro que no ha logrado asumir los profundos cambios que impulsó ese universal e innovador Concilio. El papa Juan XXIII al convocar el Concilio dijo y repitió “Hay que abrir las ventanas para que a la Iglesia le entre aire fresco y renovador”… Vemos que en ciertos ambientes, en muchas parroquias y en la mayoría de los cristianos el Concilio sigue siendo desconocido, sin que haya logrado cambios relevantes en las estructuras de la Iglesia y en la mentalidad de sus fieles... Sin embargo, percibimos también que otros muchos dentro de la Iglesia se han sentido cuestionados, impulsados e ilusionados con los aires profundamente renovadores y optimitas del Concilio. Esquematizamos un poco estas dos diferentes mentalidades que se dan actualmente y que se expresan en dos diferentes modelos con la relación a lo que es o debe ser nuestra Iglesia. El primer modelo se basa en la tradición que ha sido trasmitida a todo el pueblo cristiano a través de la predicación y la catequesis a lo largo del último milenio. El segundo modelo se basa en las ideas renovadoras que nos transmitió el Concilio Vat.II en la relación a la Iglesia: Para unos la Iglesia sigue siendo una “sociedad perfecta” separada y contrapuesta al mundo. Sin embargo, otros la conciben como “Pueblo de Dios” y “comunidad de Creyentes”. Unos ven como positivo que la Iglesia esté centrada en el poder y unida al Estado. Otros la ven como una institución libre de todo compromiso con el Estado y con la política. Unos ven como positivo que esté totalmente centralizada y subordinada al poder de Roma, pero otros quieren que sea más sinodal y participativa. Un sector quiere que sea poderosa para bien de todos, pero otros la quieren como servicial y peregrina. Unos la ven como identificada con la Jerarquía, otros la ven como “pueblo Dios”. Unos la consideran como única “arca de salvación” para sus fieles, otros la perciben como sacramento de salvación para todo el Mundo. Unos la ven como comprometida con el poder, y otros la quieren ver como “Iglesia de los pobres” Unos ven a la Iglesia en contraposición al mundo, y otros la ven como signo visible de la misericordia de Dios para la salvación de todo el mundo.

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